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"Los efectos del cambio climático en la agricultura egipcia son enormes, pero no insuperables"

El cambio climático se ha convertido en un tema recurrente en las noticias sobre el sector agrícola, sobre todo en países como Egipto. El país norteafricano está en una de las zonas más vulnerables del mundo al cambio climático. La sequía azota la región desde hace muchos años, e impresionantes imágenes por satélite muestran vastas zonas de millones de hectáreas que están perdiendo su tono verde. Los fenómenos meteorológicos extremos se han convertido en la norma. Los profesionales del sector agrícola y agroalimentario están siendo los primeros en sentir su impacto, y al final los consumidores lo acabarán pagando con escasez, irregularidades estacionales y una calidad inestable.

Islam Farhat, profesor del Centro Nacional de Investigación, y Mounir Haddad y Sherif Doss, inversores agrícolas que promueven soluciones ecológicas para profesionales de la agricultura y la agroindustria en Egipto, han compartido el siguiente documento, que contiene información clave sobre esta preocupante situación.

El cambio climático en Egipto exige buenas prácticas agrícolas

Por el Prof. Dr. Islam Farhat, Mounir Haddad y Sherif Doss

El cambio climático es una amenaza importante para la agricultura mundial, y Egipto es especialmente vulnerable debido a su entorno árido.

La agricultura es uno de los principales motores económicos de Egipto, y cualquier alteración de la productividad de los cultivos puede tener graves consecuencias, como inseguridad alimentaria o pérdidas económicas.

Este artículo explora los impactos del cambio climático en los cultivos de Egipto y analiza la importancia de adoptar buenas prácticas agrícolas (BPA) para mitigar estos efectos y garantizar una producción de alimentos sostenible.

Impacto del cambio climático en los cultivos de Egipto

1. Estrés térmico y disminución del rendimiento
El aumento de las temperaturas es una de las consecuencias más inmediatas del cambio climático, y sus efectos sobre los cultivos egipcios ya son visibles.

Las altas temperaturas interrumpen procesos críticos, como la fotosíntesis y la absorción de agua, lo que se traduce en un menor rendimiento. El calor durante la fase de floración afecta de manera negativa a la calidad, la polinización y el desarrollo de los frutos.

Las altas temperaturas también aumentan la demanda de agua para los cultivos, lo que supone una mayor presión sobre los limitados recursos hídricos de Egipto.

2. Escasez de agua y malas cosechas
La agricultura egipcia depende en gran medida del suministro de agua de riego del río Nilo, que se ha visto afectado por el cambio climático debido a la disminución de las precipitaciones y una mayor evaporación.

En algunas zonas, ya se han impuesto restricciones para los cultivos con necesidad de riego intensivo debido a la creciente escasez de agua. Con la escasez de agua, los costes de riego aumentan, lo cual dificulta a los agricultores mantener la productividad de sus cultivos.

Los cultivos que necesitan riego intensivo, como los tomates o las patatas, corren el riesgo de ver reducido su rendimiento debido a irregularidades en el suministro de agua, lo que se traduciría en un aumento de los precios en los mercados locales.

3. Proliferación de plagas y enfermedades
Las temperaturas más cálidas crean condiciones favorables para la propagación de plagas y enfermedades. El gusano cogollero (Spodoptera frugiperda), que ha empezado a propagarse por Egipto, ataca a muchos cultivos, provocando pérdidas significativas. Las enfermedades fúngicas, como el mildiú velloso o la roya, también prosperan en climas más cálidos y húmedos, lo que supone una amenaza para cultivos como la vid o la patata.

Los patrones de migración de las plagas están cambiando, lo cual dificulta a los agricultores la gestión de los brotes y conlleva un aumento del uso de pesticidas y de los costes de producción.

4. Degradación del suelo y salinización
La degradación del suelo y la salinización se están viendo aceleradas por el cambio climático, sobre todo en zonas costeras. El aumento del nivel del mar está provocando la intrusión de agua salada en el delta del Nilo, lo cual da lugar a unos suelos menos aptos para la agricultura. Los cítricos y los tomates son muy vulnerables a la salinización y pueden sufrir carencias de nutrientes y retrasos en el crecimiento. La sobreexplotación de los suelos mediante prácticas agrícolas intensivas contribuye, además, a una reducción a largo plazo de la productividad de la tierra.

La importancia de las buenas prácticas agrícolas (BPA)

1. Gestión eficiente del agua
Mejorar la eficiencia del riego es esencial en Egipto, donde la escasez de agua es un problema creciente. Con BPA se promueven técnicas como el riego por goteo, el riego deficitario y la agricultura de precisión para suministrar el agua directamente a la zona radicular, reduciendo el despilfarro. El uso de sensores de humedad en el suelo y la programación del riego en función de las condiciones meteorológicas ayudan, además, a optimizar el uso del agua y a mantener la salud de los cultivos con menos agua.

2. Mejora de la salud del suelo
Mantener la fertilidad del suelo es crucial para una agricultura sostenible. Las BPA promueven el uso de insumos orgánicos como el compost y el estiércol para mejorar la composición del suelo y la disponibilidad de nutrientes. La rotación de cultivos y la labranza de conservación pueden prevenir la degradación del suelo, mejorar su salud y garantizar la productividad agrícola a largo plazo.

3. Gestión integrada de plagas (GIP)
La gestión integrada de plagas (GIP) se basa en el seguimiento de las poblaciones de plagas y en el uso de una combinación de métodos de control biológicos, culturales y mecánicos para controlarlas. Dado que se reduce la dependencia a los pesticidas químicos, la GIP ayuda a proteger a los insectos beneficiosos y a mantener la calidad del suelo y del agua, al tiempo que mantiene bajo control los brotes de plagas.

4. Variedades de cultivos resistentes al clima
Las BPA también abogan por la adopción de variedades de cultivos resistentes a las condiciones climáticas. Dichas variedades permiten a los agricultores mantener la productividad incluso en condiciones ambientales difíciles, garantizando un suministro más estable, a pesar de los efectos negativos del cambio climático.

Los efectos del cambio climático en la agricultura egipcia son enormes, pero no insuperables

Mediante la adopción de buenas prácticas agrícolas, los agricultores egipcios pueden mitigar significativamente los retos que plantean el aumento de las temperaturas, la escasez de agua, la proliferación de plagas y la degradación del suelo. La gestión eficiente del agua, la mejora de la salud del suelo, la gestión integrada de plagas y la adopción de variedades de cultivos resistentes al clima son estrategias clave para lograr la supervivencia de la agricultura egipcia.

Como el cambio climático sigue afectando a la producción agrícola, es fundamental que tanto los responsables políticos como los agricultores inviertan en prácticas agrícolas sostenibles.

La adopción de buenas prácticas agrícolas puede ayudar a Egipto a proteger su sector agrícola, garantizar la seguridad alimentaria y fomentar la resiliencia a largo plazo ante un clima cambiante.

Para más información:
Islam Farhat
Centro Nacional de Investigación (Egipto)
Email: [email protected]
Mounir Haddad
ADGA
Email: [email protected]
Sherif Doss
Email: [email protected]

Fecha de publicación: