Al inicio de noviembre, "nos encontramos en el cruce de las temporadas", informa Mourad Ben Salem, gerente de Med Essor, empresa presente en el MIN de Rungis. "Estamos llegando al final de la temporada de la uva, con el final en particular de la de origen italiano, y todavía estamos al principio de la temporada de las clementinas españolas. A esta temporada le está costando arrancar, ya que las temperaturas todavía no son lo suficientemente frías como para disparar realmente el consumo. En cuanto a la producción, la oferta es relativamente limitada, dadas las lluvias caídas en España y Portugal. La campaña de granadas procedentes de España y Marruecos debería comenzar a principios de noviembre. Por otra parte, estamos en plena temporada del kaki, pero la oferta de este año no solo no es abundante, sino que se compone principalmente de calibres pequeños".
Se trata de una situación normal para esta época del año, salvo que los precios son especialmente altos: "Estamos por encima de los 3 euros el kilo de uvas, entre 1,5 y 2,5 euros el de clementinas y, en general, las frutas y verduras son mucho más caras que en años anteriores. La inflación se hace sentir de verdad. Por ello, los clientes compran medio palé en lugar de uno entero, y reducen sus márgenes para mantener los productos a precios asequibles para los consumidores. Además, los volúmenes de producción en todo el Mediterráneo han disminuido mucho en general, debido al aumento constante de los costes de producción y a la desaparición de los agricultores. Por lo tanto, vendemos menos volúmenes, pero con ventas estables dado que los precios han subido".
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Mourad Ben Salem
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