En un hecho sin precedentes para el sector del comercio agrícola, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) ha anunciado una actualización fundamental de la normativa de importación que tendrá grandes implicaciones para el sector de la uva de mesa. Regiones específicas de Chile, reconocidas por su baja prevalencia o ausencia de la polilla europea de la vid, han recibido luz verde para exportar uvas de mesa a EE. UU. bajo nuevos requisitos menos estrictos a partir de julio de 2024. Esta medida estratégica no solo pretende salvaguardar la agricultura estadounidense de la amenaza de la falsa arañita roja chilena, sino que también es un importante cambio hacia la reducción de la dependencia del bromuro de metilo, un potente fumigante con repercusiones medioambientales. Se espera que la actualización de la normativa refuerce la competitividad de la uva de mesa chilena en el panorama mundial.
Las previsiones para el año comercial 2024/25 indican una perspectiva prometedora para la producción de fruta y la capacidad de exportación de Chile. Se prevé que la producción de uva de mesa aumente un 6,6%, alcanzando un total de 723.000 toneladas, ante los altos rendimientos. Está previsto que este aumento de la producción eleve las exportaciones en un 7,8%, hasta un total de 570.000 toneladas. Los sectores de la manzana y la pera también experimentarán un crecimiento, con unas cifras de producción y exportación que muestran tendencias positivas.
En la campaña 2024/25, se estima que la producción de uva de mesa aumentará en un 6,6%, hasta un total de 723.000 toneladas, debido a los altos rendimientos, y suponiendo que no se produzcan fenómenos meteorológicos inesperados que puedan obstaculizar la producción. Los rendimientos de la uva de mesa aumentarán gracias a unas condiciones meteorológicas favorables, tales como abundantes precipitaciones y una elevada acumulación de horas de frío en invierno.
En la campaña 2024/25, se prevé una reducción del 2,3% de la superficie plantada de uva de mesa, hasta un total de 39.000 hectáreas. La superficie dedicada a la viña lleva en descenso más de una década debido a los estrechos márgenes de beneficio. La mayor competencia de otros proveedores y los bajos precios de variedades tradicionales como la Crimson, la Flame y la Red Globe han obligado a los pequeños exportadores de uva de mesa a abandonar el mercado.
Los datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) del Ministerio de Agricultura chileno indican una disminución de la superficie plantada con uva de mesa en todas las regiones productoras de Chile. La región septentrional de Atacama ha experimentado un descenso especialmente acusado debido a los bajos precios y a los elevados costes de producción, incluidos los de mano de obra, transporte y productos químicos. Las uvas de la región se enfrentan a la intensa competencia de las uvas peruanas en el mercado estadounidense, lo que hace bajar sus precios. En todo el país, la demanda de nuevas variedades de uva reduce aún más los márgenes de beneficio, ya que la renovación de los viñedos exige una importante inversión por parte de los productores.
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