Tras la advertencia de la cadena de supermercados Albert Heijn sobre la presencia de arándanos congelados potencialmente contaminados con hepatitis A, las consecuencias para los consumidores y la propia cadena son cada vez más evidentes. La retirada, que implica a las bolsas de arándanos de 1 kilo con fecha de caducidad hasta el 14 de abril de 2026, ha afectado a miles de clientes. Las personas que compraron los arándanos no solo quieren que se les devuelva el dinero, también se preguntan por las consecuencias que esto puede tener para la salud y sobre si habrá alguna compensación por los costes más allá de lo económico, según información publicada por AD.
Elise Groene, de Barendrecht, que resultó infectada, afirma que el coste para ella ha sido superior al importe de la compra de los arándanos. "La cobertura de mi seguro médico se agotó enseguida, y luego están también los costes de la medicación, los de aparcamiento para las visitas al hospital y los días que no puedes trabajar". Por tanto, para las personas que han enfermado por una contaminación alimentaria, el impacto es mayor que el importe pagado por el producto en sí.
Por su parte, Albert Heijn está recibiendo muchas críticas por la forma en que anunció la retirada de los arándanos, informa el diario. Los clientes han expresado su enfado por la falta de advertencias claras a través de la aplicación o el correo electrónico, y por el tono frío e impersonal del mensaje. Los expertos en crisis señalan la falta de empatía y de información práctica para los clientes, como los síntomas de la hepatitis A. Albert Heijn ha reconocido que la comunicación no ha sido óptima y promete mejoras. El supermercado subraya que se informó a los clientes por correo electrónico y otros canales, pero que hubo retrasos técnicos en la alerta por la app.
Indemnización: ¿qué derechos tienen los consumidores?
RTL informa de que al menos 10 personas han denunciado ya a Albert Heijn por haber enfermado tras comer arándanos de la cadena de supermercados. Según el abogado Mark Visser, los consumidores que contrajeron hepatitis A debido al consumo de estos arándanos contaminados pueden presentar una reclamación de indemnización a Albert Heijn. Sobre todo si pueden aportar pruebas de que compraron el producto y se infectaron por culpa de los arándanos. Se pueden usar recibos de compra o el propio producto como prueba, siempre y cuando la infección haya sido diagnosticada oficialmente por un médico. Visser subraya que los consumidores tienen derecho a asumir que los alimentos que compran sean seguros, y que Albert Heijn puede ser considerado responsable de las consecuencias de esta contaminación.
Retirada también en Bélgica
Los arándanos contaminados también han suscitado preocupación en Bélgica, según informa el diario belga De Morgen. Albert Heijn y la Agencia Federal de Alimentación (FAVV) también están retirando los productos en este país. Aunque por ahora no se ha registrado ningún caso en Bélgica, se está teniendo en cuenta la posibilidad de contagios, ya que los síntomas de la enfermedad pueden no ser evidentes de inmediato, dependiendo de la resistencia del individuo.
Aumenta la preocupación por los productos importados
Esta situación ha avivado la preocupación por la seguridad de los alimentos importados, sobre todo cuando se trata de productos congelados comercializados a través de múltiples intermediarios, según NU.nl. Los arándanos en cuestión procedían de Polonia. Aunque es probable que la contaminación tenga su origen en un eslabón intermedio, como un empleado o agua contaminada, los consumidores siguen cuestionándose hasta qué punto se controla la seguridad alimentaria en la cadena de producción. "Parece que la cosa va a peor en la industria alimentaria y con los productos extranjeros", afirma un consumidor preocupado por las consecuencias de la contaminación. "Por suerte, nuestro sistema inmunitario y el ácido estomacal suelen protegernos, pero es preocupante la frecuencia con que ocurre".
RIVM: No hay motivo para el pánico, pero hay que actuar con cautela
Según Eelco Franz, investigador principal del RIVM, no hay razones de peso para que cunda el pánico entre quienes hayan consumido los arándanos afectados. La mayoría de las personas superarán la infección sin síntomas graves. Síntomas como fiebre, coloración amarilla de la piel o el blanco de los ojos (ictericia), orina oscura y heces incoloras pueden ser indicativos de una infección por hepatitis A, pero Franz advierte de que, si los síntomas empeoran, es importante ponerse en contacto con el médico de cabecera e informarle de que se han consumidos los arándanos en cuestión.
Eso sí, para las personas mayores o con enfermedades subyacentes, el riesgo es más elevado, por lo que es importante mantenerse alerta y seguir las recomendaciones médicas.