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Titus Spaldi, de Isolcell (Italia):

"Es necesario avanzar hacia la agricultura del futuro"

En el contexto de un sector agrícola cambiante, las empresas deben adaptarse tanto al cambio climático como a las demandas variables del mercado. Isolcell, empresa del Tirol del Sur especializada en tecnologías para atmósferas controladas y modificadas, se enfrentó a importantes retos y cambios en 2024, sin dejar de alcanzar los objetivos que se había fijado.

"El año pasado fue bastante difícil, como lo han sido los anteriores, pero siempre hicimos lo que teníamos que hacer. Alcanzamos todos nuestros objetivos", afirma Tito Spaldi, director de ventas internacionales de Isolcell, destacando la resistencia y adaptabilidad de la empresa ante la adversidad.

Tito Spaldi en Fruit Logistica 2024.

Un factor importante que está afectando al sector hortofrutícola es el cambio climático, que está llevando a reconsiderar los cultivos tradicionales en favor de aquellos más adaptables a las nuevas condiciones climáticas. "Con el cambio climático, recibimos peticiones de algunas de nuestras soluciones para zonas donde antes quizá se cultivaban productos más tradicionales", explica Spaldi, citando el ejemplo de agricultores de Portugal y Francia, que empiezan a cultivar aguacates en lugar de peras. Además, el directivo señala la creciente demanda, tanto en Asia como en Oriente Medio, de soluciones innovadoras para la conservación de frutas y hortalizas frescas, tanto a largo como a corto plazo. "Entre ellas, tecnologías para purificar el aire y controlar el etileno, esenciales para mantener la calidad del producto en los almacenes de manipulado o en los grandes centros logísticos".

Países asiáticos como Japón, Corea, Tailandia e Indonesia están abordando gradualmente la distribución y el almacenamiento de frutas y hortalizas de una manera más profesional. India se perfila como otro mercado clave, con una fuerte apuesta por la profesionalización, especialmente en el sector de las manzanas. "Se están construyendo muchos almacenes, equipados también con líneas de clasificación y envasado, así como desarrollando nuevas plantaciones", dice Spaldi (en la foto de al lado, en un manzanar japonés), que habla de un marcado cambio en la actitud de los clientes indios con respecto a los precios, señal de un mercado en rápida evolución.

Buscar atajos para maximizar los beneficios a corto plazo puede tener consecuencias desastrosas, como ponen de relieve los recientes acontecimientos en Nueva Zelanda. "El enfoque corporativo adoptado por algunas de las mayores entidades agrícolas del país ha puesto de manifiesto los límites de una gestión que descuida la esencia misma de la agricultura en favor de ambiciosos objetivos financieros", señala el directivo, "tendencia que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo de las prácticas agrícolas modernas, no solo en Nueva Zelanda, sino también en otras partes del mundo. No hay muchos atajos". La situación se complica aún más cuando los fondos de inversión adquieren explotaciones familiares, a menudo sin retener a la población local con experiencia agrícola o empresarial directa.

Además, la calidad del producto sigue siendo un factor determinante para los consumidores. "La constancia en la calidad es lo que hace que los consumidores prefieran un producto a otro, incluso a costa de pagar más. La competencia por captar la atención del consumidor es más encarnizada que nunca, y el sector hortofrutícola se enfrenta a retos sin precedentes. Dado el creciente interés que despiertan los snacks y los productos alternativos, como las barritas de proteínas, el atractivo de la fruta lucha por mantener su presencia en las dietas, sobre todo entre los más jóvenes. "El contraste entre el consumo de fruta y la atracción hacia snacks más procesados e inmediatos es una realidad que no se puede ignorar", subraya Spaldi, que destaca la necesidad de renovar la apuesta por la promoción del consumo de fruta entre las generaciones más jóvenes.

Peras en atmósfera controlada dinámica.

En este contexto, Isolcell se posiciona como un actor clave, ofreciendo soluciones innovadoras para mantener la calidad de frutas y hortalizas, desde el almacenamiento hasta la maduración. La demanda de los centros logísticos muestra una necesidad creciente de tecnologías que garanticen la frescura del producto hasta el consumidor final. "Hemos recibido muchas peticiones", confirma Spaldi, lo cual viene a indicar que la calidad del producto a su llegada se ha convertido en una prioridad absoluta para el sector.

Especialmente interesante es hablar de productos como el mango y el aguacate, a los cuales es necesario prestar una atención especial para que alcancen el punto ideal de maduración. "Hay mucho movimiento en este sentido", indica Spaldi, señalando que el uso de tecnología avanzada y análisis detallados está mejorando notablemente los resultados de estos productos de alto valor. El uso de sensores de fluorescencia para la conservación en atmósfera dinámica, una tecnología que Isolcell lleva más de dos décadas perfeccionando principalmente en manzanas y peras, se aplica ahora a una gama más amplia de productos.

Aunque el panorama cambie a diario, el objetivo de la empresa sigue siendo claro: "Queremos mejorar, profesionalizarnos aún más", señala Spaldi. "Este compromiso va más allá de la consolidación en el negocio principal y se extiende a la exploración de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático. La integración de estas capacidades computacionales avanzadas no solo persigue ventajas comerciales, sino también revolucionar la forma en que los clientes gestionan sus almacenes, optimizando la conservación y la calidad de los productos hasta llegar al consumidor final".

En el sector hortofrutícola (entre otros) resulta cada vez más difícil encontrar personal cualificado, problema agravado por la necesidad de adaptarse a los hábitos de trabajo de la nueva generación. El objetivo es, por tanto, desarrollar sistemas inteligentes, capaces de anticiparse a las necesidades operativas, proporcionar alertas y sugerencias proactivas para optimizar la gestión y el mantenimiento de los productos.

Además, la expansión geográfica desempeña un papel esencial en la estrategia de la empresa. "Ciertas regiones, antaño marginales, se perfilan ahora como mercados claves debido al cambio climático y al desarrollo de nuevas técnicas agrícolas, como la agricultura vertical y los invernaderos. Hablamos de Oriente Medio y Asia, pero también de Europa. Prestamos atención a la dinámica de países como el Reino Unido, donde el cambio del clima está abriendo nuevas posibilidades para el cultivo de productos que antes se importaban, con lo que se están generando nuevas necesidades de almacenamiento".

En el centro de los objetivos de Isolcell para 2025 está el deseo de mantenerse como líder del mercado, empujando constantemente el departamento de I+D hacia la innovación. Esto incluye la búsqueda de soluciones con una menor huella de carbono, tanto en términos de consumo de energía como de optimización de la maquinaria. La empresa se compromete a ir siempre un paso por delante, preparada para aprovechar las oportunidades de los nuevos mercados y responder eficazmente a los retos del futuro.

"La participación en diversas ferias de todo el mundo es una de ellas", concluye Spaldi. En este sentido, Isolcell estará presente en Fruit Logistica 2025 (Berlín, 5-7 de febrero) en el pabellón 3.1, stand C-44.

Para más información:
Isolcell SpA
via A. Meucci, 7
39055 Laives (BZ) - Italia
Tel.: +39 0471 954050
Fax: +39 0471 953575
www.isolcell.com