"Uno de los principales avances en el almacenamiento de fruta es haber reemplazado los refrigerantes sintéticos por otros naturales", afirma Frank van de Geijn, de la firma holandesa Fruit Bewaring & Advies. Tras años de experiencia en DLV Consultancy y Wageningen University Research, el año pasado fundó su propia empresa, Fruit Bewaring & Advies, en los Países Bajos. Frank supervisa proyectos de nueva construcción y asesora sobre sistemas de refrigeración existentes. "Calculo que en más o menos la mitad de las cámaras frigoríficas es necesario todavía reemplazar los refrigerantes sintéticos por naturales".
La transición a refrigerantes naturales, como el CO₂, el propano o el amoníaco, es una necesidad, ya que el gobierno holandés quiere minimizar y eliminar gradualmente el uso de gases fluorados sintéticos. Frank señala que la adopción de agentes naturales es un paso importante. "A menudo hace falta un sistema de refrigeración nuevo", afirma.
Los sistemas de refrigeración que aún utilizan refrigerantes sintéticos suelen tener entre 20 y 25 años. Sin embargo, no hay prisa por sustituirlos si aún funcionan. En caso de fugas, sin embargo, las empresas utilizan material sintético reciclado como, por ejemplo, los refrigerantes R404A y R507. "A partir de 2025, solo se podrán utilizar materiales reciclados, y a partir de 2030, estarán prohibidos", explica Frank. Tampoco espera que se sustituyan todos los sistemas antiguos porque la refrigeración con refrigerantes naturales es más costosa.
Otra tendencia es la refrigeración por contrato. "Muchos productores optan por esto porque invertir en refrigeración interna ya no resulta rentable". Sin embargo, los costes energéticos, que han subido mucho debido a la crisis ucraniana, complican mucho a los proveedores de estos servicios ofrecer precios competitivos. "Con unos precios energéticos más altos, los productores pueden refrigerar ellos mismos a menor coste, sobre todo si el sistema ya se ha amortizado", señala Frank.
La pérdida de humedad es otro asunto relevante para los almacenes de fruta. "Durante los últimos 15 años, la pérdida de humedad se ha convertido en un parámetro importante para evaluar la calidad". Las peras, por ejemplo, parece que se benefician de la refrigeración en un entorno más húmedo, mientras que las manzanas, que pierden más humedad, deben almacenarse en condiciones más secas. "Con variedades de manzana como Kanzi, Boskoop o Elstar, nos aseguramos de usar un sistema de refrigeración más seco para evitar la pérdida de humedad", concluye Frank.
Controlando de cerca el impacto de la refrigeración, se pueden detectar a tiempo problemas menores y mantener la calidad de la fruta. Frank considera que el futuro del almacenamiento de fruta depende en gran medida de impulsar la sostenibilidad, la optimización energética y el mantenimiento de la calidad del producto.
Frank van de Geijn Fruit Bewaring & Advies
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