Cinco son las variedades de cerezas que se cosechan en Chile Chico para su comercialización en el país y el extranjero, luego de tres décadas desde que el Instituto de Investigaciones Agropecuarias, a través del Centro Regional INIA Tamel Aike, propiciara el establecimiento de huertos frutales en esta comuna de la cuenca del lago General Carrera.
Fuente: INIA
"Debido a la época de cosecha (enero), la localidad era el único oferente de fruta fresca. Esto llevó a que, en 1998, con el apoyo de un proyecto del Gobierno Regional, se establecieran las primeras 40 hectáreas comerciales de cerezos, en manos de pequeños productores de la localidad de Bahía Jara, Chile Chico y Puerto Ingeniero Ibáñez", recuerda Diego Arribillaga García, ingeniero agrónomo de INIA Tamel Aike.
En la actualidad, la región cuenta con 244 hectáreas de cerezos (INE 2022) en el valle de Chile Chico.
"Llegábamos con el producto en un momento clave para Europa y Estados Unidos, los principales mercados de ese entonces", comenta Esteban Milovic, de Agrícola Chile Chico Cherry Limitada, uno de los empresarios que apostó por este sector.
Chile se ha consolidado como el principal exportador mundial de cerezas, con proyecciones de comercializar en el exterior 131.587.007 cajas para la campaña 2024-2025, según el Comité de Cerezas de Frutas de Chile. Esto representa un incremento cercano al 59% respecto a la temporada anterior.
En este contexto, el desafío para la producción regional radica en destacar en el mercado internacional a través de la calidad, ya que la producción tardía ha dejado de ser un factor diferenciador.
Según Diego Arribillaga "entre 2002 y 2003, a través de un proyecto financiado por FIA, INIA introdujo por primera vez la variedad Kordia. Esta dio excelentes resultados, con un muy buen calibre, y hoy en día se ha posicionado en el mercado".
Javier Cereceda, de Agrícola Austral Cherry, coincide en la importancia de generar una ventaja competitiva. "Producir Kordia en el valle central de Chile es más difícil debido a la cantidad de frío durante el invierno, menor al requerimiento que tiene la variedad. Aquí, en cambio, se puede producir como variedad principal, lo que nos da la oportunidad de ofrecer al mercado una cereza que se exige, quiere y reconoce".
Milovic reafirma que el desafío es lograr esta diferenciación, tanto con Kordia como con nuevas variedades. "Ese es ahora el desafío, ver si después de tantos años logramos despertar ese interés, produciendo fruta de buena calidad para que el mundo lo reconozca, y mantenernos vigentes como productores de cereza, ya que las reglas del juego han cambiado".
Así, se hace necesario continuar investigando nuevas variedades que permitan profundizar las características diferenciadoras de una producción cerecera de nicho. Por ello, desde 2022, INIA ha desarrollado una línea de investigación centrada en evaluar cuatro nuevas variedades de cerezas recientemente introducidas en Chile: Areko, Pisue 177, Sweet Stephany® y Sweet Saretta®.
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INIA
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