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Cientos de contenedores de cerezas chilenas atrapados en alta mar

La industria chilena de la cereza enfrenta una crisis sin precedentes por exceso de oferta y retrasos logísticos

La industria frutícola chilena enfrenta una grave crisis con la demora en la llegada del buque Saltoro, que transporta 1.300 contenedores de cerezas hacia China. Lo que debería haber sido un hito en la exportación se ha convertido en una situación crítica, con toneladas de fruta a la deriva en el mar y el riesgo latente de pérdidas millonarias para los productores.

El retraso en la llegada del Saltoro, originalmente programado para el 20 de enero pero ahora estimado para el 6 de febrero, ha generado gran incertidumbre en la industria. Este contratiempo coincide con la proximidad del Año Nuevo chino, que este año se celebra el 29 de enero, una fecha clave para la comercialización de cerezas en el gigante asiático. La demora pone en peligro la calidad del producto y su competitividad en un mercado saturado, donde los precios ya han caído un 50% en comparación con el año anterior.

Este año, Chile ha registrado un volumen sin precedentes en la exportación de cerezas, con 122 millones de cajas enviadas a distintos mercados, de las cuales el 91,83% está destinado a China. Sin embargo, este crecimiento ha resultado en una sobreoferta que ha desplomado los precios. Actualmente, el retorno al productor ha bajado de 5 dólares por kilo el año pasado a valores entre 1,6 y 1,8 dólares por kilo. El año pasado, Chile exportó 82,7 millones de cajas, de las cuales el 90,9% tuvo como destino China, poniendo en jaque la rentabilidad del sector.

Los exportadores expresan su preocupación por el riesgo de que los retornos no cubran los costos de producción, lo que podría generar balances negativos en la temporada. "Este ha sido un año extremadamente desafiante. La fruta ha llegado con una calidad excelente, pero la demanda no ha respondido como esperábamos", afirmó un exportador consultado.

Ante esta crisis, la industria chilena evalúa estrategias para diversificar sus mercados y reducir su dependencia de China. Actualmente, se exploran oportunidades en otros destinos asiáticos y latinoamericanos en busca de mayor estabilidad y mejores condiciones comerciales.

Conforme avanza la temporada, los exportadores continúan monitoreando de cerca la evolución del mercado y la recepción de los volúmenes enviados.