La campaña de tomate en Almería, que se prolongará aún hasta mayo/junio, se acerca a su ecuador tras haber atravesado la semana más fría del año, con unos precios que se han recuperado tras la bajada que experimentaron después de Navidad.
"Sobre todo se está notando en las especialidades de tomate, que están teniendo unos precios bastante aceptables", explica Celedonio Pleguezuelos, agricultor y vocal del consejo rector de CASI, "y a las que, de hecho, las ha venido muy bien el frío para acumular grados Brix; principalmente, a los tomates de tipo asurcado".
"Es cierto que para los tomates rojo liso o larga vida, esa subida no se ha notado tanto; no obstante esperemos que los precios se mantengan así durante el mes de febrero, que todos los años suele ser un poco complicado porque el consumo parece que se estanca, y a la vez, se ve una mayor entrada de tomate de Marruecos, Argelia y Turquía en Europa", apunta.
Este año, y según la información proporcionada por el informe de "Seguimiento reforzado de las importaciones de tomate por la UE" del Ministerio de Agricultura, se habría producido un importante incremento en las importaciones de tomates de terceros países al inicio de campaña, con un 28% más de toneladas entre septiembre y noviembre respecto a la campaña pasada.
Las compras a Marruecos, en concreto, se situaron a noviembre un 46,5% por encima de la campaña 2023/24, la cual se retrasó debido a las altas temperaturas y sequía que incidieron en el país. Sin embargo, los envíos se han desacelerado y, de acuerdo con la base de datos de Fiscalidad y Unión aduanera de la Comisión Europea, a la fecha el contingente de tomate exportado por Marruecos a la UE ha sido un 3% inferior a la pasada campaña pese al incremento inicial.
"El adelanto de 2 o 3 semanas en una campaña, que en principio podría no parecer tanto, puede hacer que la producción llegue junta a la nuestra al mercado, haciendo que los precios se hundan, que fue lo que pasó el año pasado; pero afortunadamente este año no se ha repetido la misma situación. Hay que pensar que con precios por debajo del euro por kilo no cubrimos ni siquiera los gastos que tiene la producción de tomates", explica Celedonio.
"Allí, además, están teniendo el mismo problema que aquí, y que ahora está dando la cara en las plantaciones afectadas: los virus", prosigue Celedonio desde el interior de sus invernaderos en La Cañada, en los que cultiva tomates rosas lisos y asurcados. "Hemos notado la mejora en las nuevas variedades, que son tolerantes a los virus, pero no resistentes al 100%; sobre todo se nota la falta de resistencia en las fincas en las que había habido una afectación en años anteriores, donde en este momento en el que las plantas están sufriendo el estrés del frío, se está empezando a ver el contagio".