Julio Bacete, presidente de la Mesa Nacional del Ajo, reconoce que el sector está en crisis. El ajo ha perdido rentabilidad en algunas zonas de España y sufre cada vez más por la falta de mano de obra y las limitaciones a la hora de acceder al agua y a productos fitosanitarios óptimos. "Vivimos un ajuste tras años de precios muy altos", explica Luis Fernando Rubio, director de la Asociación Nacional de Productores y Comercializadores de Ajo (ANPCA). En este sentido, la superficie dedicada a este cultivo ha caído casi un tercio en los dos últimos años.
En cuanto a variedades, entre el 55% y el 60% de la superficie cultivada la campaña pasada se destinó al ajo temprano o spring, y menos del 40% se utilizó para el ajo morado. Ello ha permitido aumentar la producción en términos generales. Mientras que en la campaña de 2023 la superficie de siembra alcanzó las 24.889 hectáreas y una producción de 210.591 toneladas, para la temporada de 2024 las hectáreas cultivadas ascendieron a 22.969, con un aumento en la producción del 12%, hasta llegar a las 236.258 toneladas, según del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Y a pesar de este crecimiento, también se apuesta por un mercado en el que China, con más de 12 millones de toneladas de producción, lleva las riendas.
En el ámbito europeo, las importaciones de ajo han subido tanto en cantidad como en precio, y principalmente de China (con un incremento de 0,5 euros por kilo), Egipto (con una subida de 0,7 euros por kilo) y Argentina (donde el precio ha caído un 0,2 euros por kilo), según los datos de la Mesa del Ajo con base a cifras Eurostat. En España, por su parte, hasta julio de 2024 (últimas cifras disponibles), las importaciones han sobrepasado en 3.000 toneladas las importaciones de la temporada de 2023, con un precio medio algo superior al del ejercicio previo (0,1 euros por kilo). Argentina se ha convertido en el principal abastecedor con 5.752 toneladas a 1,8 euros el kilo, muy por encima de China, con 1.709 toneladas a 1,9 euros el kilo.
España y Argentina han mantenido una colaboración muy fructífera durante décadas gracias a la contraestación, pero Argentina ha incrementado considerablemente su superficie y ahora tiene más capacidad para competir en el mercado internacional, especialmente en Europa. Actualmente, gracias a los acuerdos del GATT, pueden exportar alrededor de 20.000 toneladas de ajo argentino libres de aranceles al mercado europeo. En caso de que se apruebe el Mercosur, se añadirían otras 15.000 toneladas anuales. "Estaríamos hablando de un total de entre 35.000 y 36.000 toneladas ingresando sin restricciones, consolidando así la presencia del ajo argentino en el continente", advierte Rubio. La esperanza, según Bacete, de la Mesa Nacional del Ajo, es que Brasil compre cada vez más producto español.
Fuente: elpais.com