El presidente estadounidense Trump anunció la semana pasada que iban a imponerse aranceles a las importaciones de Canadá, México y China. Hablamos de gravámenes del 25% sobre los productos procedentes de Canadá y México, con potencial para afectar con dureza al sector hortofrutícola estadounidense, que depende bastante de las importaciones canadienses y mexicanas.
"Esto podría tener un impacto notable", comenta Remco Beekman, de Soho Produce. "Estimo que afectará más a las hortalizas. Evidentemente, Estados Unidos tiene sus propios cultivos, pero en verano sigue abasteciéndose sobre todo de producto canadiense, y el suministro mexicano también se prolonga más cada año".
Trump habló de una emergencia relacionada con la entrada de fentanilo, otras drogas y ciudadanos extranjeros en Estados Unidos. "Puedo imaginar que estos países empezarán ahora a tomar medidas para tratar de librarse de los aranceles a la importación. Estados Unidos, como Gran Bretaña, suele trabajar con precios estacionales para verano e invierno, así que habrá que ver cómo evoluciona el asunto", observa Beekman.
Paul Schockman, de Freshclusive, destaca la imprevisibilidad de la política comercial estadounidense. "Nunca se sabe con Trump. Dice una cosa y luego otra, hace todo tipo de declaraciones y luego hace lo que le conviene. El arancel del 60% que iba a imponerse a China parece que ha quedado solo en un 10%, además del gravamen ya existente. Tengo curiosidad por ver qué pasará ahora".
Schockman señala que los proveedores europeos podrían suplir la escasez norteamericana, siempre que los aranceles sigan siendo razonables. "Si hay suficiente producto, lo venderán en su propio mercado. El arancel de importación del 25% afectará sobre todo a los precios, tanto para los productores como para los consumidores".
No espera que las exportaciones holandesas de frutas y hortalizas se beneficien de estos gravámenes. "Las exportaciones de Países Bajos a Estados Unidos están muy lejos del nivel que tenían antes de la COVID. Ahora, con los precios más bajos de los fletes aéreos, las perspectivas parecen un poco más optimistas, pero tampoco se sabe aún qué medidas tomará la UE".
Leon Bol, de New Green, confirma esto último. "Si Trump está dispuesto a imponer aranceles del 25% a las importaciones contra los países del TLCAN, creo que la UE debería temer medidas similares".
"Estamos siguiendo todo de cerca y somos conscientes de que pronto le llegará el turno a Europa con otra ronda de aranceles", afirma también Marcel van der Pluijm, de Feeling Fresh. Esperamos que los productos agrícolas y hortícolas europeos queden excluidos de los gravámenes, pero dado que los aranceles del 25% para México y Canadá se aplican a todos los productos (es decir, incluidos los agrícolas y hortícolas), nos tememos lo peor".
"Si Canadá, que tiene unos ciclos de cultivos similares a los de Países Bajos, se ve afectado por el 25% y a nosotros se nos impone solo un 10%, tendremos una ligera ventaja, aunque por supuesto, nuestros costes de transporte siguen siendo mucho más elevados que los de los productores canadienses. Al final, el gran perjudicado será el consumidor estadounidense, porque esto acabará repercutiendo en los precios, y los alimentos ya son muy caros en todas partes. Nos parece una locura que precisamente un alimento sano como las hortalizas esté sujeto a estos gravámenes".