El sector aguacatero de México continúa operando con cierta incertidumbre ante el temor de que los consumidores estadounidenses terminen pagando precios más altos si se aplica algún nuevo arancel a las importaciones, después de que, tras llegar a un acuerdo con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se pospusiera 30 días el arancel del 25% a las importaciones que iba a imponer el presidente de Estados Unidos, Trump, a México. Natalia Merienne, fundadora de la marca Avocado Queen, que produce frutas y hortalizas en México y las importa a Estados Unidos, manifiesta: "El arancel del 25% es un duro golpe para el sector. La realidad es que los márgenes de los productos en Estados Unidos están lejos del 25%, lo que significa que este aumento tendría que trasladarse inevitablemente al consumidor final".
Natalia Merienne, fundadora de la marca Avocado Queen.
Según ella, en última instancia, los consumidores estadounidenses acabarán pagando precios más altos. "Esto se traduciría en precios más altos para los aguacates en el mercado estadounidense, lo cual podría hacerlos menos accesibles para los consumidores. Además, este problema no es exclusivo de los aguacates, puesto que afecta a todas las frutas y hortalizas importadas de México, que constituyen una parte significativa del suministro estadounidense", afirma Merienne.
La empresa de Natalia Merienne tiene su sede en la ciudad estadounidense de San Diego, e importa varios cargamentos semanales de aguacates y otros productos agrícolas. Avocado Queen trabaja con productores mexicanos y distribuye sus aguacates frescos a todas las regiones de Estados Unidos, incluidas la costa oeste, el medio oeste, el noreste y el sureste.
Natalia seleccionando aguacates con un agricultor en México.
A pesar de la pausa de 30 días, sigue existiendo un temor real a que la ampliación de los aranceles afecte a todo el sector frutícola mexicano. Al igual que la industria automotriz entre otras, el mercado estadounidense depende en gran medida de las importaciones de frutas y hortalizas mexicanas. "Esta medida afectará sin duda a todas las importaciones agrícolas, ya que se enfrentarían a los mismos retos. Un arancel del 25% es insostenible para cualquier segmento del sector de los productos agrícolas, pues obligará a subir el coste al consumidor e interrumpirá las cadenas de suministro establecidas. También es importante tener en cuenta que Estados Unidos no produce suficientes productos de los que importa para satisfacer la demanda interna. En consecuencia, la compra a México seguiría siendo inevitable para muchos de estos productos, lo que complicaría aún más la situación", explica Merienne.
La incertidumbre en torno a la inminente noticia de los aranceles que se avecinan ya ha empezado a afectar al sector a ambos lados de la frontera, afirma Merienne. Dado el largo horizonte de planificación del sector hortofrutícola, Merienne advierte del efecto a largo plazo de estos aranceles punitivos. "Por el momento, la producción en México se mantiene estable, pero las exportaciones ya se están viendo afectadas por la incertidumbre que rodea a estos aranceles. Además, como todos en el sector hortofrutícola sabemos, las plantaciones se planifican con mucha antelación en función de la demanda prevista, así que se corre el riesgo de que haya excedente en los mercados mexicanos si la demanda estadounidense disminuye, lo que podría perturbar más si cabe la estabilidad del mercado".
Merienne también teme que el encarecimiento de los productos altere los patrones de compra de los consumidores y disminuya la demanda de ciertos productos que, con toda probabilidad, serán más caros en las tiendas. "Si se aplica el arancel, es inevitable que los aguacates y otras frutas y hortalizas importadas de México se encarezcan para los consumidores estadounidenses. Esto podría derivar en una reducción de la demanda, especialmente de artículos que son básicos en muchos hogares pero que aún no se consideran de primera necesidad".
Merienne afirma que la respuesta del Gobierno mexicano es mantener un diálogo urgente antes de aplicar medidas de respuesta. El Gobierno mexicano aceptó aumentar la seguridad fronteriza y frenar el narcotráfico. Sin embargo, a pesar de la pausa de 30 días, muchos siguen conteniendo la respiración a la espera de si Estados Unidos sigue adelante con los aranceles o no.
"El Gobierno mexicano está dialogando activamente para abordar esta cuestión. Entiende la importancia crítica del sector agrícola, no solo para la economía de México, sino también para mantener relaciones comerciales sólidas con Estados Unidos. Sin embargo, aún no se han anunciado soluciones o acuerdos concretos. Seguimos de cerca la situación y esperamos una resolución que minimice el impacto a ambos lados de la frontera", concluye Merienne.
Para más información:
Natalia Merienne
Avocado Queen
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www.avocadoqueen.us