La coloración de la cáscara de los cítricos ha sido un indicador tradicional de madurez. Sin embargo, en las mandarinas de Chongqing, China, la cáscara y la pulpa no maduran sincrónicamente. Aunque la pulpa alcanza la madurez, la cáscara permanece verde, lo cual afecta a su valor comercial.
Un estudio reciente en el Journal of the Science of Food and Agriculture ha mostrado que la exposición a luz led roja y azul puede estimular el cambio de color en las mandarinas. Esta investigación ofrece una nueva perspectiva sobre cómo la luz influye en el proceso de maduración.
Los experimentos revelaron que esta luz promueve la degradación de la clorofila y la síntesis de carotenoides, responsables de la coloración amarilla y naranja. Un hallazgo clave es la identificación de la proteína CcUNE10, parte de la familia de factores de transcripción bHLH. Esta proteína activa genes implicados en la degradación de la clorofila, facilitando el cambio de color.
Los autores destacan que los resultados proporcionan una base teórica para futuros estudios sobre la coloración poscosecha de la mandarina y enriquecen la investigación sobre la familia de factores de transcripción bHLH. Este avance podría mejorar prácticas agrícolas y comerciales en el cultivo de mandarinas, un producto popular en el mercado global.
Para más información:
"Análisis funcional del factor de transcripción CcUNE10 en la irradiación de luz LED roja y azul que promueve la coloración de las mandarinas", Journal of the Science of Food and Agriculture (2025). DOI: 10.1002/jsfa.14119
Fuente: larepublica.es