La temporada de la mandarina marroquí ha llegado a su ecuador. La campaña ha sido accidentada, marcada por las dificultades de producción y la feroz competencia entre la Nadorcott marroquí y la Murcott egipcia. Salma Keroua, directora ejecutiva de Cap Growers, nos informa sobre la campaña: "La cosecha está llegando a su fin y terminaremos de recoger los últimos portainjertos hacia el 7 u 8 de marzo, antes de pasar al almacenamiento. Sin duda, habrá menos volúmenes de mandarinas hasta que se agoten las existencias a finales de abril".
"En cuanto a la producción, seguimos teniendo dificultades debido a la sequía y a la necesidad de arrancar fruta para salvar otras. Pero la situación ha mejorado esta temporada, con un aumento de las superficies respecto a la campaña anterior en varias regiones, como Garb, Marrakech, Berkán y Beni Mellal", prosigue Keroua.
La campaña de exportación ha sido lenta en algunos momentos de este año, mientras que las mandarinas egipcias han llegado al mercado europeo a precios imbatibles. "Las mandarinas marroquíes se percibían como demasiado caras en Europa, lo cual es directamente atribuible a la disminución del poder adquisitivo en el continente. En Marruecos, sin embargo, hay imperativos objetivos, como unos costes de producción más elevados que en Egipto y el hecho de que arrancar los frutos forma parte de la ecuación de costes. La diferencia de precio también se justifica por la mejor calidad y la mayor duración de conservación", explica la exportadora.
"A pesar de la competencia, nos beneficiamos de una ventana en la que no había muchas mandarinas en el mercado. Hubo grandes movimientos de exportación al principio de la temporada, cuando los importadores españoles confiaban en las marroquíes Nadorcott y Afourer para sus programas. También hubo una fuerte demanda de Rusia y Norteamérica", añade Keroua.
La mejora de la producción, frente a una demanda afectada por la competencia egipcia, ha llevado a los productores marroquíes a buscar formas de estimular la demanda del mercado local. Este mes de febrero, una asociación que representa a los productores ha lanzado una campaña de carteles para promocionar la variedad Nadorcott. Según Kerouac, "la Nadorcott es una fruta consistente en términos de calidad, y la preferida por los productores. Pero en el mercado local, los marroquíes suelen preferir las clementinas. Impulsar la demanda local para mejorar los precios es una buena idea".
Para el resto de la campaña de exportación, cabe esperar precios aún más altos para las mandarinas marroquíes, cuyos volúmenes empiezan a agotarse, concluye Kerouac.
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Salma Keroua
Cap Growers
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