Los cítricos en Perú han mantenido una posición de mediana importancia en el mercado agroexportador. La mandarina, sin embargo, ha mostrado avances en los últimos años, aunque las variedades y ventanas comerciales han permanecido estáticas. Este estancamiento ha limitado su crecimiento en el mercado internacional.
Recientes cambios en el mercado global, como la pandemia y la crisis logística, han brindado a la oferta peruana una oportunidad de renovación. Se han observado mejoras en las últimas campañas, con un enfoque hacia variedades más competitivas y ventanas comerciales ampliadas. Inicialmente, las variedades peruanas eran genéricas, pero ahora se distinguen tres grupos principales: satsumas, clementinas e híbridas. Las híbridas, que incluyen subvariedades como Murcott y Tango, dominan con un 87% de participación.
La clasificación según la temporada de cosecha es: tempranas (abril a junio), medias (junio a agosto) y tardías (agosto a noviembre). En Perú, las variedades tempranas y medias predominaban, limitando el aprovechamiento de los precios altos a finales de año. Este panorama ha cambiado con el reemplazo de satsumas por variedades tardías, como Murcott y Orri, que han crecido más del 60% en volumen.
En 2024, la exportación alcanzó 245,766 toneladas, valoradas en aproximadamente US$ 325 millones, marcando un incremento del 14% en volumen y 27% en valor. Este crecimiento se atribuye a la expansión de cultivos desde 2022 y al cambio varietal. El precio promedio aumentó a US$ 1.32 por kilogramo, impulsado por la demanda sostenida, nuevos tratados comerciales con Asia y la valorización de las variedades tardías. La falta de producto en el hemisferio norte también benefició a la mandarina peruana.
No obstante, los envíos tempranos se redujeron debido a problemas climáticos en 2023, lo que se espera se normalice en la campaña de 2025.
En el ámbito internacional, Estados Unidos fue el principal destino con 140,000 toneladas, valoradas en US$ 192 millones, un crecimiento del 35% en volumen y 44% en valor. Este aumento se debe al vacío dejado por España y la preferencia por variedades tardías sin semillas. En Europa, se enviaron 53,000 toneladas por US$ 63 millones, una caída del 11% en volumen. Sin embargo, el precio aumentó un 11% debido a la mejora en la calidad. México mostró la mayor expansión con 21,000 toneladas, valoradas en US$ 30 millones, un crecimiento del 117% en volumen y valor, respondiendo al vacío estacional desde junio.
Fuente: freshfruit.pe