Este año, la firma holandesa Finis & Eillert celebrará su centenario, pero quien piense que la empresa solo tiene celebraciones planeadas para 2025 está muy equivocado. "Después del verano, lanzaremos una máquina peladora de calabazas, la primera del mundo. El prototipo está ya en marcha", adelanta Wouter van Raaij, de esta empresa familiar que diseña y fabrica máquinas para el procesamiento de hortalizas.
El robot de visión de Finis & Eillert controla el cortado de puerros en una cinta en V.
Cuando otra empresa holandesa realizó una consulta sobre una máquina de este tipo, el equipo de diseño de Finis no tardó en ponerse manos a la obra. "Una cuchilla pela las calabazas Butternut y Hokkaido en rotación mientras un láser determina la profundidad a la que debe llegar la cuchilla. El láser sigue los contornos de las calabazas, que a veces tienen profundidades de pelado muy variables. Algunas tienen formas muy extrañas".
Dos calabazas grandes por minuto
A continuación, las calabazas se descorazonan, se les quitan las pepitas y la pulpa fibrosa. El tercer paso consiste en cortarlas en trozos iguales. "Muchos países quieren las calabazas cortadas por la hendidura. De nuevo, esto podemos hacerlo utilizando tecnología láser. La máquina es capaz de procesar dos calabazas por minuto, incluso las más grandes, de unos 20 kg de peso y 50 cm de diámetro. Esa velocidad ahorra mano de obra a las empresas procesadoras. Solo se necesita un operario para colocar las calabazas con cuidado en una bandeja. A partir de ahí, la máquina lo hace todo. Calculo que el retorno de la inversión se logra en menos de un año, aunque eso, por supuesto, depende de la empresa", explica Wouter.
El robot de visión de Finis & Eillert controla el cortado de patatas en cuatro trozos, pero también tiene aplicaciones para otras técnicas o soluciones de corte
Cuarta generación
Wouter y su hermano Bastiaan son la cuarta generación de Finis. En octubre, esta empresa familiar celebrará su aniversario por todo lo alto entre colegas, amigos y relaciones comerciales. "Tenemos 100 años de experiencia y pretendemos seguir adelante. Ahora mismo, por ejemplo, estamos ocupados con la implantación de tecnología de visión y robótica que aumentará la precisión y eficacia de nuestras líneas de producción y reducirá de manera significativa nuestra dependencia del trabajo manual".
Ton van Raaij, padre de Wouter y Bastiaan, recibe un reconocimiento del municipio de Oude IJsselstreek con motivo del centenario.
Finis Foodprocessing Equipment ofrece una gama completa de máquinas para el procesamiento de tubérculos, desde patatas y zanahorias hasta remolachas y cebollas. "Hace unos años adquirimos Eillert, el otro fabricante de máquinas de nuestra ciudad, especializado en todo lo que crece por encima del suelo: hortalizas de hoja, brócoli, coliflor, etc. Las dos empresas han conservado sus nombres, dada la sólida reputación en el mercado que ambas han conseguido labrarse con los años", explica Wouter.
"Eso sí, trabajan bajo un mismo techo, lo cual favorece la sinergia. Desde entonces, se nos conoce como Finis & Eillert", cuenta Wouter. "Tenemos clientes en todo el mundo, desde Europa a Oriente Medio, Asia y Norteamérica. Tenemos distribuidores, agentes y colaboradores en países como Polonia, India, China, Japón y Australia, y pronto abriremos una oficina en el Medio Oeste de Estados Unidos. En total, empleamos a 107 personas", concluye Wouter.
Para más información:
Finis & Eillert
Tel.: +31 315 695569
[email protected]
www.finis-eiollert.com