Aragón, consolidado como referente nacional en la producción de cereza, da un paso decisivo hacia su proyección internacional con la apertura del mercado chino. El reciente protocolo firmado entre España y el gigante asiático abre una vía comercial largamente esperada por el sector frutícola, que confía en que esta oportunidad impulse sus exportaciones y diversifique destinos.
"Estamos ante una gran oportunidad", afirma José Antonio Lozano, presidente de la Asociación de Empresarios Agrícolas de la Margen Derecha del Ebro (Aeamde) y representante de la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas (Fepex) en Aragón. El acuerdo, impulsado en parte por el conflicto arancelario entre China y Estados Unidos, lleva años gestándose. "El cambio geoestratégico ha acelerado la situación", reconoce Lozano.
El sector aragonés, que llevaba cuatro años preparándose para este desembarco, trabaja ahora a contrarreloj para lograr que las primeras cerezas lleguen a China en la campaña actual. "La situación solo puede ser positiva", destaca Javier de Pablo, director de Finca Albalate, una de las empresas líderes en la región.
En 2023, Aragón exportó 9.429 toneladas de cereza, según datos de Fepex. Los principales destinos fueron Europa Central, el Reino Unido y los países nórdicos, lo que supuso un 25% de la producción total. La cifra representa un crecimiento notable respecto a las 5.988 toneladas exportadas en 2022.
No obstante, el acceso al mercado chino implicará importantes ajustes para los productores. Uno de los modelos a seguir, según De Pablo, es Chile, que cuenta con una trayectoria consolidada en exportaciones frutícolas al país asiático. "Ellos llevan años llevando su fruta a las grandes ciudades, lidiando con protocolos muy estrictos", señala.
Además de la distancia, otro reto será la adaptación varietal. En Aragón se cultivan más de un centenar de tipos de cereza, aunque no todas son aptas para resistir largos trayectos sin perder calidad. El protocolo sanitario acordado establece que la fruta deberá mantenerse al menos quince días a baja temperatura antes de su entrada en China, como medida preventiva contra enfermedades. Esto exigirá modificar los tiempos de recolección para asegurar que los frutos estén en su punto óptimo.
"No podemos olvidar que el acuerdo tiene sus complicaciones y que la relación con China será más exigente que con otros países del sudeste asiático, aunque la ventana de oportunidad que se abre es muy buena", subraya el ingeniero agrónomo y comercializador de Ricla, Javier Train.
Actualmente, las cerezas aragonesas ya llegan a destinos como Malasia, Singapur o Hong Kong, pero no todas las empresas del sector están preparadas para asumir los desafíos logísticos y comerciales que supone el salto a China. Aun así, las expectativas para la campaña de este año son optimistas. "Será un buen año", concluye el representante de Fepex en Aragón.
Fuente: elperiodicodearagon.com