Los precios de la cebolla han estado subiendo como la espuma. "Se han disparado. Para esta semana ya se están pidiendo 34 céntimos por la mediana y 40 céntimos por la súper", dice Jordi Calatayud y Monge, de Mulder Onions, de Kerkrade (Países Bajos). "Ahora la cuestión es si esto se debe a la demanda de Semana Santa o a si los agricultores y envasadores se están pasando de optimistas. La gran pregunta es qué pasará con los precios después de Semana Santa. ¿Seguirán subiendo o se hundirá el mercado, como pasó el año pasado?".
"De momento, las ventas siguen siendo razonables. Siguen llegando pedidos de países de Europa del Este e Italia. En Austria no queda nada y en Alemania también queda poco y se sigue optando por las cebollas holandesas, y todavía no se ha producido del todo la transición a las neozelandesas", continúa Jordi. "Egipto también está ya al acecho, aunque la temporada está todavía en una fase bastante temprana. Desde el puerto de Koper pueden llegar a destinos como Hungría o la República Checa con mucha facilidad".
"Por otro lado, hay clientes en otros mercados, como España, dejando de comprar debido a estos precios. Es algo bastante típico de los Países Bajos tratar de aprovechar las circunstancias cuando son favorables, pero creo que también es importante no quedamos fuera del mercado. Además, está habiendo mucha variabilidad en los precios que paga el cliente. Hay gente que sigue vendiendo en función de la oferta de que disponían antes, y eso acaba derivando en distintos niveles de precios".
"El precio de las cebollas rojas también está subiendo. Hay muy pocas disponibles y las de calibre medio se están vendiendo ahora a 65 céntimos. La calidad de las cebollas me parece muy buena por ahora. En esta época del año siempre preocupa la aparición de brotes, pero por ahora hemos tenido pocos problemas de calidad".
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Jordi Calatayud y Monge
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