Esta mañana, Red Eléctrica anunciaba que se había logrado reponer el 99,95% de la demanda eléctrica en España (en torno a 25.794 MW) después de que el sistema eléctrico en la Península Ibérica y parte de Francia sufriera ayer, en torno a las 12:35 de la tarde, un cero energético.
Todas las empresas y trabajadores españoles se han visto afectados directamente no solo por el corte eléctrico, sino también por el impacto que tuvo sobre la red de telecomunicaciones —afectando a telefonía e internet— y de transportes durante horas de desconcierto y de incomunicación.
En el sector hortofrutícola, empresas de todas las provincias y de todos los segmentos han compartido los problemas que sufrieron a la hora de comunicarse con clientes, proveedores y familiares, así como para llevar a cabo las labores de la jornada; la gran mayoría de ellas dependientes de electricidad.
"En nuestro caso, estamos en plena campaña de fruta de hueso, que comenzó la semana pasada", explica un operador de Murcia. "A partir del apagón fue imposible comunicarse con nadie y no pudieron salir los pedidos de los almacenes. No había manera de hablar con los supermercados o los transportistas para saber qué estaba ocurriendo, y al final, si había algún camión que venía, no podíamos cargarlo porque, entre otras muchas cosas, las rampas de los muelles no subían y no se podían cargar".
"Sobre las 00:00 h volvió el suministro de luz al almacén, y a esa hora tuvimos que ponernos a trabajar para guardar de nuevo toda la fruta que estaba fuera y que no habíamos podido confeccionar ni enviar".
Mariano Zapata, presidente de Proexport, asegura que "es pronto para tener un balance económico de las pérdidas que se hayan podido ocasionar en el sector de las frutas y hortalizas. Hay que tener en cuenta que se trata de producto fresco y, por ejemplo, algunas empresas cuentan con grupos electrógenos que les han permitido mantener las cámaras encendidas, mientras otras no han podido hacerlo".
"En general ayer se vivió una jornada de caos, de desorden, porque somos muy dependientes de la electricidad. Administrativamente, sin comunicación con clientes y proveedores, ha sido muy complicado gestionar los pedidos, sabemos que hay muchos que ni siquiera han entrado. Y otras operaciones como realizar cargas o preenfriar el producto eran inviables. Más adelante, además, tendremos que hacer reclamaciones y ver cómo responde los seguros", añade.
Todavía esta mañana, las empresas ubicadas en la zona de Almería no contaban con un suministro eléctrico restituido al 100%. La luz iba y venía, así como la conexión a internet o telefónica.
"A estas alturas, todo se ha restablecido ya", dice Kees Havenaar, de la empresa almeriense Frutas Luna, que indica que las consecuencias, aparte de algunos retrasos, parecen limitadas. "Vuelves a lo básico unas horas. Como no tienes ni internet ni luz, tienes que parar. Además, descubres lo dependiente que es todo el mundo de internet. Una hora aún es asumible, pero esto ha durado 20 horas. Se pierde toda comunicación. Al principio te imaginas que ha sido una avería propia y vas al cuadro eléctrico a ver qué pasa, pero luego te enteras de que también es a nivel provincial, o sea, Almería. Después resulta que es toda la península la que está afectada. Entonces la cosa se pone un poco emocionante, porque no puedes informarte sin internet. La verdad es que ha sido volver a esa época en la que todos se sentaban alrededor de la radio de pilas para enterarte de lo que pasaba".
"Al final, volvió a haber luz a las 8.15 de la mañana y a las 9 casi todo el mundo volvimos a ponernos en marcha, así que ya hemos vuelto a la normalidad", continua Kees. "Todo va a llegar un poco más tarde y los clientes van a tener que ser un poco flexibles, aunque en general, ha habido comprensión. Afortunadamente, "solo" ha durado 20 horas, pero si se hubiera prolongado dos o tres días, habrían surgido verdaderos problemas y podría haber devenido todo en un drama".
El impacto parecería mucho más evidente en uno de los sectores con mayor demanda eléctrica, el congelador, aunque ha sido relativamente limitado, como explican desde Frozen Ibérica. "Lo bueno de este sector es que muchas de las grandes congeladoras, entre ellas las de frutas y hortalizas, cuentan con generadores o baterías para hacer frente a este tipo de emergencias; y que la durabilidad de un producto ultracogelado en estos casos es mayor que el de un producto fresco refrigerado".
"Se trabaja con temperaturas que pueden estar entre los 24 y los 30 grados bajo cero, y se está estudiando bajar el congelado a -15 grados centígrados, por lo que en la mayoría de los casos se ha conseguido conservar la cadena de frío porque el número de horas sin electricidad ha sido limitado".
"No obstante, hay que decir que el suministro de electricidad, esta mañana, aún no se había restablecido en todos los puntos de España, y en la campiña sur de Córdoba, donde hay una importante firma de vegetales congelados de origen francés, aún continuaba sin electricidad".
En la Comunidad Valenciana, de acuerdo con Ava-Asaja, los viveros e invernaderos sufrieron problemas por la interrupción de los sistemas de ventilación de las plantas, especialmente en aquellos casos que no disponían de grupos electrógenos para hallar una solución alternativa. Además, el apagón provocó fallos en los sistemas de refrigeración y conservación de productos agroalimentarios.
En el regadío, algunas entidades de riego y pozos particulares reportaron problemas debido a la imposibilidad de regar las explotaciones agrarias, ya que la falta de suministro eléctrico dejó fuera de servicio las bombas de riego y otros dispositivos. Muchos riegos tampoco se pudieron realizar durante la mañana de hoy porque los sistemas quedaron desprogramados. Esta situación afectó a los cultivos más sensibles a los cambios hídricos, que se encuentran en pleno periodo de crecimiento, agravadas por las altas temperaturas registradas este fin de semana.
"Afortunadamente, a las 13:00 h ya teníamos la producción procesada y expedida, por lo que no tuvimos una afectación importante. Simplemente terminamos antes nuestra jornada laboral", cuenta un importante productor y comercializador de mandarinas y naranjas en la provincia de Castellón. Tras esperarnos una media hora, nos dimos cuenta de que era algo a gran escala y mandamos a todo el mundo a casa porque, de todas formas, no se podía hacer nada".
En Huelva, en plena campaña de frutos rojos, los trabajos en los almacenes se vieron afectados durante las horas que duró el apagón, no obstante, las centrales hortofrutícolas recurrieron a generadores de sustitución, que permitió la actividad y a última hora del día de ayer la situación era de normalidad. Y en Sevilla, que está comenzando la campaña de fruta de hueso y de patata, el apagón originó que la actividad de los almacenes se paralizara, pero hoy la actividad está recuperada totalmente.
Ive Lambert, de la importadora belga Starfruit, cuenta que hay cierta tensión: "Sobre todo se nota cierto nerviosismo", explica. "Ayer no se envasó nada. Los melones empiezan a llegar, la fruta de hueso está disponible, pero cuando de repente todo se paraliza a mediodía, después de que por la mañana haya llegado mucha cantidad a los centros de envasado, llegan los problemas. Hoy está ya todo envasado, pero los productos no llegarán hasta el jueves, que es festivo en muchos países, así que se retrasa todo al viernes. Se ha desordenado todo un poco".
En general, el sector agrario no fue ajeno a los problemas compartidos con otros sectores económicos, como las interrupciones en las gestiones informáticas, los sistemas de monitoreo, los controles de inventario y las dificultades logísticas derivadas del apagón. En muchos casos, el cierre de gasolineras impidió el abastecimiento de combustible de la maquinaria agrícola.
Por ahora se desconoce el motivo exacto del apagón que paralizó ayer España y Portugal, pero Red Eléctrica ha asegurado que se puede descartar que se debiese a un "incidente de ciberseguridad". Según el operador de red portugués REN, un fenómeno meteorológico poco frecuente en España, posiblemente causado por diferencias de temperatura, podría ser el culpable.