La evolución hacia sistemas de cultivo más intensivos, eficientes y sostenibles no es nueva en el mundo de los frutales. Desde hace más de 50 años, especies como el manzano, el peral, el olivo o el almendro han adoptado modelos intensivos en alta densidad que permiten reducir el periodo improductivo, optimizar la producción y ser más eficiente en el uso de insumos como son la mano de obra, los fitosanitarios o el agua. Es lo que la FAO ha venido en denominar "intensificación sostenible". Ahora esta transformación alcanza también al cultivo de cítricos de la mano de Agromillora, pionera en innovación varietal y portainjertos adaptados a este nuevo paradigma.
"La transición hacia la intensificación del cultivo de cítricos es simplemente seguir el camino que otras especies frutales ya han recorrido con éxito", explica Ignasi Iglesias, Technical & Development Manager de Agromillora. "En un contexto global (cambio climático, Agenda 2030, Pacto Verde, etc.) en el que se debe ser más eficiente en el uso de los inputs, la única manera de conseguirlo para cultivos de alto valor es trabajar con árboles de menor porte y plantaciones más intensivas, es decir, la intensificación es la única opción de cultivo que conduce a la eficiencia en el uso de insumos".
"Un árbol pequeño con menor estructura leñosa y menor copa hace que las hojas capten más cantidad de luz y esta se distribuya de forma más uniforme. A la vez, el menor volumen de copa por unidad de superficie permite reducir significativamente el uso de agua, fitosanitarios y mano de obra que a la vez es más eficiente por la mejor accesibilidad a la copa. De hecho, cuando pasamos de una densidad normal con marcos de plantación de 7x3 metros a 5x1,5 metros, la productividad de la copa (kg naranja/m³) se multiplica por 2,5 y el volumen de fitosanitarios se reduce a casi mitad".
Agromillora propone una estrategia escalonada hacia la intensificación para que el productor pueda elegir el sistema que mejor se adapte a sus necesidades. "En una primera fase, el modelo de media densidad con marcos de plantación de alrededor 5x2 metros (1.000 plantas/ha) ya permite reducir el volumen del árbol entre un 30 y un 40% anticipándose la plena producción en 2 o 3 años, con una recolección peatonal (desde el suelo) o casi peatonal con pequeñas escaleras. La poda mecánica constituye parte del modelo tanto en la fase de producción como en la de producción. Esto se traduce en un ahorro sustancial en poda y recolección, que representan más de la mitad del coste de producción en cítricos destinados al mercado en fresco".
"Una segunda opción en la estrategia de intensificación es el paso hacia el cultivo en seto o en alta densidad (con marcos de alrededor de 4x1,5 metros) permite realizar la recolección completamente peatonal y también la poda. Este modelo ya se está aplicando hace décadas con éxito en otras especies frutales y tiene un enorme potencial en cítricos, tanto en fresco como si se destina a la industria del zumo, donde la reducción de costes es clave para asegurar la rentabilidad", añade Iglesias. "En este sentido, en colaboración con el IFAPA (Centro Las Torres), ya se han desarrollado y testado hasta cinco prototipos de máquinas cabalgantes y dos prototipos de recolección robotizada adaptadas a cítricos para mecanizar su recolección".
Una pieza clave para el desarrollo de los sistemas en alta o media densidad es disponer del patrón o de los patrones que permitan controlar el vigor de la planta. En este caso el portainjerto propuesto es el Civac-19, desarrollado conjuntamente por Agromillora y el IVIA (Valencia). "Se trata de un nuevo material vegetal que permite controlar el vigor de la planta y facilitar la formación de copas más pequeñas, adaptadas al seto y a la media densidad. Civac-19 ya está en proceso de registro y estará disponible próximamente para los viveros y productores".
"Es importante señalar que durante los últimos diez años se han realizado numerosos ensayos tanto en el IFAPA como en el IVIA y en parcelas comerciales con diferentes especies, variedades tradicionales y nuevas variedades para comprobar la reducción de vigor, su adaptación, productividad, calidad de fruto y compatibilidad, con resultados muy satisfactorios presentados en la última edición de DemoCitrus", puntualiza Iglesias.
"Los modelos intensivos permiten reducir el período improductivo y recuperar la inversión de forma más rápida gracias a su mayor eficiencia y productividad"
El cultivo actual de los cítricos poco ha cambiado en el último siglo con respecto a otras especies frutales como, por ejemplo, el manzano. "En esta especie hubo hace un siglo, además de un patrón enanizante extraordinario como el M9, una necesidad de intensificar el cultivo para rentabilizarlo y hacer los huertos más eficientes, sobre todo en el uso de la mano de obra y de la productividad. A pesar del mayor coste de plantación con respecto al vaso tradicional, nadie se plantea en la actualidad plantaciones no intensivas. Ahora vemos que esa necesidad de intensificación se ha convertido en una realidad y una obligación en los cítricos. Por ejemplo, en Brasil, donde tienen árboles de hasta 7 metros de altura, se ha podido ver la dificultad que suponen esos huertos para realizar los tratamientos de forma eficiente para luchar contra el vector (Diaphorina citri) del HLB y el alto coste en inputs que genera esta menor eficiencia. En árboles pequeños el control es mucho mejor y la incidencia del HLB se ha reducido significativamente. Y la eficiencia y la sostenibilidad van de la mano", recuerda Ignasi, "porque una mayor efectividad en el empleo de inputs y recursos implica que podremos reducir su consumo, siendo más sostenibles ambientalmente y para las rentas de los productores".
"En cuanto al consumo de agua, con los modelos de media (MB) y alta densidad (SHD), podemos reducirlo entre un 30% y un 40% por reducir el volumen de copa y recortar hasta un 50% el uso de productos fitosanitarios, por el menor volumen de copa y la menor deriva. Con respecto a la mano de obra, se puede reducir a la mitad gracias a la mecanización de procesos como la poda y la mayor facilidad de la poda y recolección, mejorándose notablemente las condiciones laborales al evitar trabajos en altura y cargas pesadas, es la denominada 'sostenibilidad social'. De esta manera, somos el doble de eficientes aumentando de manera significativa la productividad y la rentabilidad, así como la sostenibilidad medioambiental y social del cultivo de cítricos".
La innovación es una parte importante de la citricultura, y los modelos de media y alta densidad representan una oportunidad disruptiva de modernización de un sector que apuesta por la sostenibilidad, pero que debe adaptarse tanto a los retos actuales como a los que se vislumbran en el futuro. La fruticultura del futuro, incluidos los cítricos, o será altamente tecnificada o no será, aunque ello requiera de una mayor inversión inicial y de un estricto itinerario técnico".
"Sin intensificación no hay eficiencia en el cultivo de frutales", remarca Ignasi, "y lo demuestra el hecho de que los modelos intensivos que proponemos permiten recuperar la inversión más rápidamente gracias a una mayor productividad y a la notable reducción de los costes de mano de obra, agua y fitosanitarios durante toda la vida de la plantación".
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