La campaña de comercialización de tomates y pepinos alemanes de este año ha tenido un comienzo bastante accidentado, resume Willi Sippel, director de la empresa familiar Gemüsebau Sippel GbR, radicada en Núremberg. "Las cotizaciones de ambos productos han sido desastrosas desde el principio de la temporada, sobre todo por los bajos precios de los productos holandeses, lo cual para nosotros es especialmente problemático. Los rendimientos, en cambio, han sido buenos".
La falta de luz caracteriza la primera fase de la campaña
En la semana 7 se cosecharon los primeros minipepinos de la temporada de este año en el moderno invernadero de la familia Sippel. "Los pepinos estuvieron disponibles a partir de la semana 9. Este año pudimos plantar en las semanas 4-5, aproximadamente una semana antes que el año pasado. La cantidad de luz en la primera fase de la temporada no fue mala, pero, por desgracia, las fluctuaciones son a veces muy extremas. Lo ideal para el crecimiento de nuestros pepinos serían 400-500 julios/día, pero cada vez son más frecuentes los picos de hasta 900 julios/día", informa Sippel.
Además de pepinos, la empresa familiar produce diversos tipos de tomates en alrededor de 1,5 hectáreas. "Hasta 2023, siempre plantábamos nuestros tomates en torno a la semana 2, pero debido al aumento exponencial de los costes energéticos, actualmente no plantamos hasta la semana 4. Otro factor al que nos enfrentamos es el virus del rugoso. Esto, a su vez, ha hecho que inevitablemente hayamos tenido que desprendernos de las variedades de probada eficacia y que el año pasado replantásemos con nuevas variedades resistentes".
El comprometido productor recuerda la reconversión de su explotación con sentimientos encontrados: "Desgraciadamente, aprendimos mucho en la primera temporada tras la reconversión. Hubo de todo: podredumbre de la flor, frutos rotos o demasiado pequeños. En general, tuvimos que hacer frente a unas pérdidas considerables, sobre todo con los tomates en rama (unas tres cuartas partes de la producción total de tomates), ya que al final del año teníamos entre un 15% y un 20% menos de rendimiento por metro cuadrado. Para repartir un poco los riesgos, este año plantamos menos tomates en rama y más de otras variedades. Afortunadamente, además de la variedad principal, el año pasado probamos otras variedades de tomate en rama HR, una de las cuales funcionó bastante bien. Este año las hemos plantado en mayor cantidad".
La familia Sippel produce tomates en una superficie total de 1,5 hectáreas. Los tomates se cosechan normalmente a mediados o finales de noviembre.
Competencia de precios con los tomates y pepinos importados
Aparte de las complicaciones propias del cultivo, las condiciones del mercado no han sido precisamente fáciles en los últimos años, prosigue Sippel. "Aunque la demanda de tomates alemanes es constantemente alta y estable, los precios son, por desgracia, demasiado bajos en relación con los elevados costes de producción que nosotros, como productores, tenemos que tener en cuenta. Esto se ve agravado por la guerra de precios con los tomates baratos importados: los Países Bajos y Bélgica ya no pueden producir tan barato como hasta hace diez años, pero en los últimos años siempre hemos estado en competencia directa con España. En los dos últimos años, Turquía y Marruecos han cobrado cada vez más importancia".
Sippel observa una guerra de precios similar con los pepinos: "Con los pepinos, competimos directamente con Países Bajos, Bélgica, España y Grecia. En cambio, con los pepinos mini, la competencia es algo más manejable, ya que se trata de un producto premium. No obstante, yo diría que la campaña de comercialización de pepinos del año pasado fue bastante satisfactoria", concluye.
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Willi Sippel
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