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Paul Huijs, de Enza Zaden:

"Si se agravan los riesgos para el cultivo de lechugas, podría reducirse la superficie"

"A los agricultores les preocupa mucho el clima y la menor disponibilidad de productos fitosanitarios", explica Paul Huijs, jefe de producto de hortalizas de hoja del obtentor holandés Enza Zaden. "Se puede recurrir a la mejora genética, en la que estamos invirtiendo mucho, para responder a algunas enfermedades. Esperamos poder combatir el mayor número posible de enfermedades mediante el desarrollo de resistencias".

Enza Zaden, por ejemplo, está trabajando en el desarrollo de una lechuga Iceberg resistente al pulgón Nasonovia. "Muchas variedades de lechuga son muy resistentes a la Nasonovia 0, pero la mutación Nasonovia 1 es más problemática. Actualmente no hay variedades comerciales en el mercado con esa resistencia. Deberíamos poder lanzar una lechuga Iceberg resistente a la Nasonovia 1 en un plazo de dos años", afirma Paul.

Productos químicos menos eficaces
Aunque la Nasonovia 1 existe desde 2009, Paul señala que se ha convertido en un verdadero problema en los últimos años debido a la menor disponibilidad de productos fitosanitarios. "Durante años, la Nasonovia 1 no fue un problema muy grave porque esos productos químicos eran lo bastante eficaces. Sin embargo, cada vez hay menos de esos productos en el mercado, y algunos ya no son tan eficaces. Así pues, cada vez hay una presencia mayor de pulgones Nasonovia 1. También es probable que continúe reduciéndose la disponibilidad de sustancias activas, lo que dificultará cada vez más el uso de métodos químicos para controlar ciertas plagas".

Hay algunos productos fitosanitarios que pueden ayudar a aliviar el problema de la Nasonovia, que ha causado recientemente problemas en cultivos de los Países Bajos y Alemania, pero también puede atacar en otros lugares de Europa. Sin embargo, según Paul, estos no son más que una solución temporal. "Esos productos podrían servir de apoyo durante otros tres años, más o menos; un tiempo que hay que aprovechar para desarrollar otras soluciones", opina.

¿Impacto en la superficie cultivada?
Si no se encuentran soluciones para la Nasonovia o, por ejemplo, para la Bremia (una enfermedad fúngica que hace que las hojas de la lechuga se vuelvan amarillas o marrones), el jefe de producto prevé consecuencias negativas para el mercado. "Actualmente hay una oferta suficiente de lechugas en el mercado, pero si se agravan los riesgos para el cultivo durante los próximos cinco años y estos los afrontan exclusivamente los productores, la consecuencia podría ser una reducción de la superficie". Cree que los consumidores también tienen algo que aportar. "La gente tiene una tolerancia cero a los defectos en las lechugas. Los compradores tendrán que aprender a hacer concesiones si acaba resultando imposible suministrar lechuga con una garantía de cero daños", explica Paul.

Por eso, Paul cree que el proceso debería implementarse ampliamente, también en la investigación. "Se tarda unos siete años en tener lista una variedad de lechuga. Esto implica que, por ejemplo, los genes Bremia incorporados hace siete años deben ser efectivos contra fisiotipos presentes siete años más tarde. Por lo tanto, la investigación es importante, y en los últimos años hemos acumulado muchos conocimientos en este campo".

Combinación
Paul cree que hay potencial en la combinación de medidas. "En el futuro, puede que haya que complementar la resistencia con una solución biológica para lograr un control suficiente", explica. Por eso, Enza Zaden también participa en la investigación de Koppert Biological Systems sobre el uso de la crisopa en el cultivo de lechuga. "El método conlleva el uso de huevos de crisopa, de los que salen larvas que se alimentan de pulgones. Ese método ya está muy extendido en la horticultura de invernadero y ahora también se utiliza en el cultivo de lechuga al aire libre".

Paul añade que, en los últimos años, la superficie cultivada de lechuga en Europa se ha mantenido estable. La lechuga iceberg y la romana son los cultivos más importantes, complementados por segmentos más pequeños, como la lechuga mantecosa. Hay un mercado considerable que espera con impaciencia la llegada de variedades resistentes. "Sobre todo porque todos esos tipos de lechuga son sensibles a la Nasonovia y la Bremia", concluye.

Este artículo se publicó anteriormente en la edición de Primeur de mayo de 2025. Haz clic aquí para acceder a la edición completa

Para más información:
Enza Zaden
Tel.: +31 (0)228 350100
[email protected]
www.enzazaden.com