Waltson Chips se prepara para una época de mucho trabajo. La empresa, especializada en la producción de patatas fritas artesanales tipo chips, siempre observa un repunte de la demanda en verano, cuando se llenan las terrazas y empiezan los festivales. "Las patatas fritas son siempre un producto popular en el sector de la restauración y recibimos pedidos con regularidad", nos cuenta Joost Debeuckelaere, de Waltson Chips y el mayorista de patatas Agro Debeuckelaere Staden.
"En cualquier caso, hemos observado un aumento notable de las ventas en los últimos años", explica el empresario de Staden, en Flandes (Bélgica). "Lleva tiempo crear y establecer una marca; es algo que hemos experimentado de primera mano. Día a día hay que buscar oportunidades y asegurarse de promocionar la marca, y poco a poco lo vamos logrando. No se consigue de la noche a la mañana, pero es importante que la gente conozca tus patatas y sepa qué esperar en términos de calidad".
En el caso de Watson Chips, las ventas no se limitan al mercado nacional. "El mercado belga es importante para nosotros, por supuesto, pero también estamos empezando a recibir pedidos del extranjero. Tenemos ya listos algunos para Europa del Este y también hay cada vez más demanda en países vecinos como Países Bajos, Luxemburgo y Alemania. En Alemania, trabajamos con una famosa cadena que compra nuestras patatas fritas. Nuestros clientes suelen volver a por más, lo que demuestra que algo estamos haciendo bien. Ahora nos estamos preparando para otro gran verano".
Los precios de la patata siguen sin recuperarse
Estas buenas perspectivas se enmarcan en un contexto aún turbulento para el mercado de la patata. "La situación ha estado agitada debido a la caída de los precios. Ahora, con el buen tiempo, cabría esperar que los precios volvieran a subir, pero por ahora no se ha dado el caso. No está resultando fácil vender. Todavía quedan existencias, y para algunos quizá sea deseable que siga sin llover durante un tiempo, para que el precio pueda subir. Esta semana se han registrado algunas que otras lluvias, pero muy localizadas. Los registros varían de un municipio a otro".
"Precios de 7,50 euros por 100 kilos ya no resultan sostenibles", continúa Joost. "Ha habido oportunidades de vender a 30 o 35 euros, pero no se pudieron aprovechar. Tratar de obtener siempre el mejor precio es difícil. En lo que respecta a las patatas para freír, por cierto, tampoco hay mucho que hacer, porque sus precios se mantienen estables. Es un mercado completamente distinto. Con nuestro negocio mayorista también trabajamos con patatas para freír, pero ahora mismo no hay mucha actividad en el mercado libre. Eso sí, la situación puede cambiar muy rápido. Con las patatas, nunca se sabe. Solo hace falta una fábrica que vea oportunidades y quiera comprar barato. Entonces, los precios pueden subir al instante. Esperemos que así sea, pero no es algo que se pueda predecir. No podemos leerle la mente a nadie. Los compradores suelen mirar más a largo plazo, y estiman si habrá demanda o no".
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Joost Debeuck
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