Greenyard ha registrado un aumento del 5,1% en las ventas comparables para el ejercicio fiscal que finalizó el 31 de marzo de 2025, alcanzando los 5330 millones de euros, frente a los 5070 millones del año anterior. El crecimiento se vio impulsado por un aumento del 2,9% en los volúmenes y un incremento del 1,3% en los precios, aplicado para compensar el aumento de los costes de los insumos. Las ventas de servicios también contribuyeron, con un aumento del 0,9%.
En un principio, la publicación de los resultados del pasado ejercicio estaba prevista para un día más tarde, pero debido a los malos resultados y a la decisión asociada de no distribuir beneficios, se decidió publicarlos un día antes. Además, había un interés especial por conocer el efecto que tendría la oferta pública de adquisición que la familia Deprez, junto con el fondo de inversión estadounidense Solum Partners a través de la sociedad especialmente creada Garden, presentó en abril sobre las acciones de Greenyard.
Estos planes no han cambiado y no hay mucho más que añadir, a la espera de la aprobación de las autoridades bursátiles belgas. Se ha declarado que, si todo va bien, la oferta se abrirá a finales de junio. Además, el CEO Francis Kint, y el CFO Nicolas De Clercq, indicaron que la intención es adquirir más del 95% de las acciones. Si se alcanza ese 95%, Garden quiere adquirir también las acciones restantes, de modo que la empresa pueda retirarse completamente de la bolsa.
A pesar del crecimiento de los ingresos, el EBITDA ajustado de la empresa disminuyó en 3,5 millones de euros, hasta los 183,0 millones de euros, lo que supone un descenso interanual del 1,9%. El margen EBITDA se redujo ligeramente, del 3,6% al 3,4%, debido principalmente a la presión sobre los márgenes en el segmento Long Fresh, los gastos de marketing y un margen más bajo en Fresh.
El resultado neto de Greenyard pasó a ser negativo, pasando de un beneficio de 15,2 millones de euros en el año anterior a una pérdida de 2,9 millones de euros. El descenso se atribuyó a un menor resultado operativo, a una mayor depreciación debido al aumento de las inversiones de capital en los últimos años y a gastos de reestructuración no recurrentes en el segmento Fresh. Además, la empresa se enfrentó a un aumento de los costes fiscales y financieros. Como resultado, el beneficio por acción cayó de 0,28 € a 0,09 €. El Consejo de Administración propondrá no repartir dividendos.
La deuda financiera neta, excluidas las obligaciones por arrendamiento, se redujo un 3,7%, pasando de 266,3 millones de euros a 256,5 millones de euros. Esto se debió a una mejora de 37 millones de euros en el flujo de caja libre, a pesar del aumento de las existencias en Long Fresh. El ratio de apalancamiento de la empresa se redujo ligeramente hasta 1,86x.
El director ejecutivo, Francis Kint, declara: "Las ventas del grupo siguieron creciendo. Nuestros dos segmentos mostraron dinámicas de clientes diferentes: Fresh creció casi un 5% en volumen, impulsado principalmente por los clientes ICR, mientras que Long Fresh se enfrentó a una demanda más débil, especialmente en el negocio de las conservas. A pesar de ello, Long Fresh alcanzó los 1.000 millones de euros en ventas por primera vez. La fuerte mejora del flujo de caja libre contribuyó a reducir la deuda financiera neta".
De cara al futuro, Greenyard espera que el EBITDA ajustado para el ejercicio 2025/26 se sitúe entre 190 y 200 millones de euros, reconociendo las incertidumbres macroeconómicas y el gasto cauteloso de los consumidores.
Paralelamente, la empresa ha anunciado una oferta pública voluntaria y condicional sobre las acciones de Greenyard por parte de la familia Deprez, con el apoyo de Solum Partners LP a través de la sociedad holding Garden S.à.r.l.
Greenyard también ha confirmado que está preparada para la presentación de informes CSRD y que ha realizado importantes avances en sus objetivos ESG.
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Cedric Pauwels
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