Los actores de la industria del tomate marroquí se reunieron ayer en Agadir para la quinta edición de la Morocco Tomato Conference, organizada por GreenSmile. Más de 600 personas asistieron a esta jornada, entre ellas 200 participantes internacionales de 20 países y 54 expositores.
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La edición de este año se ha celebrado en un contexto especial, ya que el sector sigue enfrentándose a los peligros del ToBRFV, mientras que los productores siguen mostrándose reacios a adoptar nuevas variedades resistentes. El clima, que siempre ha sido un aliado de los productores marroquíes, se está convirtiendo en un factor de riesgo, pues el país encadena ya su séptimo año consecutivo de sequía.
El crecimiento de los volúmenes exportados a Europa demuestra que el producto marroquí ha sido aceptado por el mercado, pero también se enfrenta a la oposición de las asociaciones de productores de España y Francia, lo que ha provocado episodios de tensión. Además, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha invalidado los acuerdos comerciales con Marruecos sobre productos agrícolas y pesqueros, lo que plantea interrogantes sobre los tomates cultivados en el Sáhara marroquí.
Siham Zahidi, cofundadora de GreenSmile, afirmó que, de cara a la MTC de este año, las principales preocupaciones planteadas por los actores del sector en Marruecos seguían girando en torno a la situación fitosanitaria, y en particular al ToBRFV, lo cual se reflejó a lo largo de la jornada, dado que fueron varios los obtentores que presentaron nuevas variedades resistentes, así como otras soluciones, como detectores de virus y desinfectantes. Según varios participantes, los productores marroquíes han aceptado la realidad del ToBRFV.
La MTC comenzó con una presentación sobre la dinámica mundial de las exportaciones de tomate, con especial atención al mercado británico, donde el origen marroquí se ha convertido en el más presente en términos de volumen. Las presentaciones y debates posteriores se centraron en cuestiones cada vez más importantes, como los invernaderos adaptados al modelo económico y al clima de Marruecos, la gestión del agua y el control fitosanitario, en particular contra el ToBRFV.
A continuación, por primera vez, los talleres de la MTC se dividieron en talleres temáticos. El primer taller se dedicó a la mano de obra y los trabajadores agrícolas, otro ámbito en el que los productores marroquíes empiezan a encontrar dificultades, especialmente en el sector de los frutos rojos, donde la falta de mano de obra limita incluso la superficie plantada. Los talleres posteriores se centraron en el diseño y la gestión de los invernaderos, así como en las soluciones digitales en la agricultura.