El sector del transporte es compañero fundamental de la agricultura. Casi igual de sensible a la falta de relevo generacional, al precio del gasoil, las energías limpias o la atención de los inversores.
Al desafío de un mundo más verde, se une la tendencia de la agrupación de empresas bajo una misma mano y la necesidad de especializarse para ser diferente según las tendencias del mercado, por eso, Gloria Romera gerente de Castillo Trans subraya que "desde el principio, nos quisimos situar en la carga fraccionada. Vamos a todos los destinos importantes, sobre todo Alemania, Austria, Suiza, Benelux, República Checa, entre muchos otros, pero en grupaje".
En cuanto a los últimos vaivenes de la economía tras la llegada de Donald Trump al poder, Romera comenta que "pensamos que las repercusiones económicas llegarán en unos meses, al fin y al cabo, estamos en Europa y el efecto no es inmediato. Más que Donald Trump, algo que nos afectaría muchísimo sería la eliminación de la bonificación del gasoil".
"Se están comprando empresas de transporte de nuestra zona, pero nosotros no hemos entrado en los fondos de inversión; los accionistas de siempre siguen siendo los accionistas principales. Queremos seguir manteniendo la autonomía", señala Romera.
"Esta tendencia empezó con el covid ya que se generó un gran interés en la agricultura porque fue un sector que no paró. El capital se dio cuenta de que otras inversiones estaban en pausa, como la hostelería y, sin embargo, los sectores básicos, como la producción de frutas y verduras estaban abasteciendo a los supermercados que tuvieron máximos de actividad", reflexiona la gerente.
Pero el tiempo pasa y ahora ya se han asentado los movimientos de la época del covid y "creo que los fondos se han dado cuenta de que la agricultura es delicada y el transporte también. Los márgenes económicos son muy ajustados, hay que saber mucho para que sean rentables".
El corredor del Mediterráneo que conectará vía tren con el resto de Europa es un punto de inflexión en la logística del transporte, pero Romera señala que "creemos que no nos afectará mucho porque el grupaje es algo específico; además, las estaciones serán intermodales porque habrá que cargar en camión para llevar la mercancía al destino final".
El camión eléctrico o con hidrógeno verde juega un papel fundamental en la reinvención del transporte, pero según Romera "el eléctrico todavía no tiene autonomía suficiente para el mercado internacional. Solo cuenta, como máximo, con 300 km y tardan excesivo tiempo en cargar. Apostamos por usar los camiones más ecológicos que hay, pero el eléctrico aún no lo vemos preparado. El uso del hidrógeno verde parece que sí tiene mejores perspectivas en el transporte para camiones pero aún queda mucho por andar en ese sentido".
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