El pasado miércoles, en Sainte-Bazeille, en la región de Lot y Garona, Bruno Toppan y Rui Vilas Boas, comprometidos cultivadores de Paysans de Rougeline, inauguraron una nueva instalación "de última generación": 5,5 hectáreas de invernaderos multicapilla de doble pared hinchables, explica la cooperativa en LinkedIn. Puesto en marcha a finales de 2020, este proyecto, dedicado al tomate y la berenjena, ha tardado cuatro años en desarrollarse (estudios técnicos, análisis medioambientales, complejos trámites administrativos).
El efecto aislante del aire entre dos paredes crea un ambiente templado
¿Qué diferencia a estos invernaderos? Su diseño sin calefacción, que utiliza solo el efecto aislante del aire entre dos paredes para crear un ambiente templado de manera natural. Este ingenioso sistema permite:
- Una regulación térmica natural, buena tanto para los cultivos como para los trabajadores.
- Una protección óptima contra los problemas climatológicos.
- Una reducción drástica de la huella de carbono.
El proyecto también incorpora otras características específicas
- Paneles fotovoltaicos que cubren más del 50% de las necesidades energéticas.
- Un sistema optimizado de recuperación de agua.
- Una unidad de envasado automatizada para reducir la carga de trabajo.
- Una semana laboral de 4 días para el bienestar de los equipos.
Para Rougeline, este logro permite conciliar "rendimiento económico, transición agroecológica y bienestar humano. Ilustra nuestra capacidad de innovar para hacer frente a los retos de la soberanía alimentaria francesa, respondiendo al mismo tiempo a los problemas climáticos actuales".