A la encrucijada de la agroindustria, se le une que el sector del transporte lleva unos años complicados desde la subida de costes que se dio en la etapa del covid. A un aumento del 30% del precio de las cabezas tractoras y semirremolques, hay que sumar la subida de los peajes y una falta de conductores preocupante por lo poco atractivo del oficio para las nuevas generaciones.
Varios factores más dificultan el camino a los transportistas que sienten no recibir ayuda institucional suficiente. Mercedes Pérez, gerente de Miratrans, señala que "hay algún año de gloria en la agricultura, cosa que en el transporte no ocurre". Esta empresa nació hace 30 años en una familia de tradición agricultora. "Ya que parte de la empresa cultivaba hortalizas, Miratrans nació para transportarlas con sus dos primeras unidades. Hoy tenemos 145 empleados, una flota de 110 camiones con rutas a Reino Unido, Alemania, Países Bajos y Francia y no pocos problemas que superar".
"Con el covid, aumentaron un 30% los costes y ya no se han vuelto a regular; por ejemplo, el precio de las cabezas tractoras. Los peajes y el coste laboral son otros frentes abiertos; lo peor es que no repercutimos esos incrementos a los clientes, ni siquiera un 5%. Los grandes grupos de transporte pueden tolerar estos desajustes mejor que nosotros, pero los fondos de inversión ya están viendo que el transporte es un sector difícil, con muy poca rentabilidad, en torno a un 2% o 3%", comenta la gerente.
Con todo esto, "no puede ser un sector atractivo para las nuevas generaciones. El conductor está muchos días fuera ganando, en proporción, lo mismo que hace 20 años. El salario de un camionero no compensa la subida del coste de la vida. Está pasando ahora lo que no me ha pasado nunca: tener camiones parados sin conductor", lamenta la responsable.
Especializarse o desaparecer
Tras el Brexit, muchas empresas dejaron de hacer la ruta a Reino Unido por las dificultades que conllevaba, trámites burocráticos y la cantidad de documentación necesaria. Sin embargo, la gerente comenta: "Nosotros decidimos especializarnos. Un problema grave de este trayecto son las sanciones por hallar polizones en los camiones. A pesar de las alarmas y sistemas eléctricos, acceden haciendo un agujero en el techo del remolque. Hablamos de multas de entre 150.000 € y 200.000 € dependiendo del número de personas, lo que significa el beneficio de todo el año".
En cuanto al corredor mediterráneo, la gerente dice que "lo mejor que tiene el transporte por carretera es la rapidez de puerta a puerta. Podemos poner la mercancía en Reino unido en dos días y medio. Aunque sea positivo para todos, habrá que ver en qué sectores puede ser más útil porque en la fruta y verdura la clave es el tiempo".
Sobre las compras de empresas de transporte de la zona por los fondos de inversión, Pérez subraya: "Ya han visto que el transporte no es la gallina de los huevos de oro y lo estamos viendo en los balances que presentan. Había empresas con unos beneficios de un 20% o un 30% que han pasado a pérdidas".
La sostenibilidad de los camiones aún se ve difusa ya que "el camión eléctrico está muy bien para rutas fijas y cortas, de un máximo de 300 km, pero para largas es inviable". "La llegada del hidrógeno verde, la veo igualmente lejana porque tendríamos que adaptar las flotas y eso es algo a largo plazo", añade.
En resumen, para adaptar el sector del transporte a los nuevos tiempos "está claro que necesitamos ayudas institucionales con el ánimo de volver a ser un sector atractivo y renovar las flotas para que sean más seguras y sostenibles".
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Mercedes Pérez, gerente
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