Casi 150 personas, entre técnicos, agricultores y operadores de la cadena de suministro, participaron el 10 de junio en una visita al nuevo campo experimental de cerezos de Salvi Vivai en Portomaggiore (Ferrara). Con la impecable organización que siempre caracteriza los eventos de Salvi, los invitados pudieron comparar diferentes variedades de cerezas, con diferentes portainjertos, bajo dos tipos de cubierta y con distintos marcos de plantación.
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Operadores de distintos países europeos.
"Llevamos casi 20 años experimentando con plantaciones superintensivas, con recolecciones que no requieren escaleras", dice Silvia Salvi. "Nuestro enfoque es siempre científico. Y la colaboración con la Universidad de Bolonia es garantía de una evaluación rigurosa de los resultados obtenidos".
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El nuevo campo experimental comprende dos hectáreas totalmente protegidas.
Así ocurrió también durante las visitas al campo: los investigadores explicaron los pros y los contras de cada sistema adoptado, ilustrando los resultados positivos obtenidos y los negativos, para que cada uno pudiera hacerse una idea con el fin de aplicar después los conocimientos adquiridos en su propia explotación.
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Silvia Salvi.
"Este año, la producción de cerezas es escasa en casi todas las zonas de producción europeas", añade Salvi. "Sin embargo, por ejemplo, tanto aquí como en varios puntos del norte de Italia, las variedades del grupo Sweet, debidamente protegidas, están mostrando una producción satisfactoria, a pesar de la primavera tan lluviosa que hemos tenido".
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Sistema de conducción en candelabro.
La nueva plantación de cerezos en candelabro atrajo gran atención. Este sistema de conducción, concebido para mejorar la productividad y optimizar la gestión de los cultivos, representa una respuesta concreta a los retos operativos de reducción de mano de obra y sostenibilidad económica de las explotaciones frutícolas modernas. "El marco de plantación es de 3,30 metros entre hileras y 1,50 metros dentro de la hilera, por lo que se necesitan 2020 plantas por hectárea, frente a las 6060 plantas por hectárea del sistema superintensivo tradicional. El rendimiento de la producción, sin embargo, es más o menos equivalente", explica Jacopo Diamanti, jefe de Investigación y Desarrollo de Salvi Vivai.
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También se presentaron las nuevas variedades Nimba (VOC) y Areko (VOC), seleccionadas por Salvi Vivai para ampliar el calendario de producción.
En el transcurso de la jornada también participaron productores del extranjero: Francia, Alemania, Suiza, Moldavia y Grecia fueron los principales países de origen allende las fronteras. Además de los técnicos de Salvi, las visitas fueron guiadas por investigadores del Departamento de Ciencias y Tecnologías Agroalimentarias, DISTAL, de la Universidad de Bolonia, socio científico de la iniciativa.
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Guido Poli y Marco Salvi.
Entre las protecciones, se compararon la monobloque y la monohilera. Actualmente, el coste de la primera es de 67.000 euros/hectárea, incluida la mano de obra y excluidas las plantas, mientras que el de la segunda asciende a 64.000 euros/hectárea, de nuevo excluidas las plantas.
"Los cobertores para la lluvia son indispensables y han salvado gran parte de la producción", afirma el investigador Lorenzo Bergonzoni. "Sin embargo, cuando llueve en exceso, las cerezas pueden rajarse por el exceso de agua absorbida por las raíces. La protección contra los insectos siempre ha demostrado su eficacia, por lo que los tratamientos, que en cualquier caso se realizan muy al principio de la cosecha, se reducen al mínimo".
"La innovación varietal y las técnicas agronómicas son indispensables para seguir siendo competitivos en los mercados", afirma Andrea Bagnolini, director comercial de Salvi Vivai, "y en los últimos años hemos aumentado nuestra oferta con variedades como Nimba, Areko, Royal Helen, Royal Lafayette.... Hay planes para otro campo experimental con un marco de plantación de 3,3 metros x 1 metro, con 3030 plantas por hectárea, es decir, algo intermedio entre lo que podemos ver hoy".
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Andrea Bagnolini.
"Según los estudios realizados por la Universidad de Bolonia, una plantación de muy alta densidad puede permitir recuperar la inversión a partir del séptimo año, mucho antes que una plantación tradicional. La combinación adecuada de variedad, conducción del cultivo y técnica agronómica permite obtener cerezas de gran tamaño y reducir los costes de mano de obra, ya que se necesitan menos horas de trabajo por hectárea", prosigue Bagnolini.
"Cuando entiendes este tipo de sistema, luego no es difícil llevarlo a cabo de la mejor manera", afirma Guido Poli, responsable agronómico de Salvi Vivai. "Aquí tenemos dos hectáreas experimentales, todas protegidas, con distintas variedades para poder hacer comparaciones, también en lo que respecta a los sistemas de conducción. Y conseguimos obtener muy buenos resultados. Para una explotación que gestiona una o dos hectáreas de manera racional y elige la mejor fórmula para sus circunstancias, todo resulta más fácil".
Para más información:
Società Agricola Salvi Vivai s.s.
Via Bologna, 714
44124 Ferrara
+39 0532 785511
[email protected]
www.salvivivai.it