La campaña de patata de Cartagena toca a su fin dejando buenos rendimientos en cuanto a calidad, cantidad y precio. Las lluvias de primavera han sido menos negativas de lo que se temía y aunque se han visto calibres más pequeños, el resultado está siendo satisfactorio.
En cuanto al tiempo, Philip Bloemen, gerente de Crillamur, que exporta unos 8 millones de kilos de patatas anuales, opina que "las precipitaciones han sido menos dañinas de lo que se esperaba en Murcia. Los calibres han sido algo más pequeños y no ha habido muchos problemas de mildiu. Quienes necesitan patata de calidad en el norte de Europa la están consiguiendo de Cartagena, quizá con un precio más elevado, pero compran un buen producto".
La soprano de Cartagena, muy valorada
"La patata de Cartagena", explica el gerente, "suele tener un precio más alto que la sevillana o valenciana porque es la primera en recolectarse y, entre otras cosas, sufre menos por el calor". Bloemen comenta que, en el caso de la patata de Valencia, "hay que tener una rotación de producto alta y unas ventas seguras y rápidas, porque su durabilidad es menor, en términos generales. Es cierto que cuando se ve patata valenciana en los supermercados, tiene buena calidad, pero se recolecta más tarde y la temperatura juega en contra conforme avanza el calendario".
La cosecha de Cartagena, a la que ya no le queda mucho, "suele despertar expectación porque, además de ser la primera, le acompaña su buena calidad", subraya Bloemen, y añade que "una de las variedades más apreciadas es la Soprano; aunque no es propia de esta tierra, se ha adaptado muy bien. Los supermercados han reforzado su reputación porque la han puesto de moda debido a su forma uniforme y buena piel".
Patata nueva vs. patata de conservación
En los últimos tres años, la de Cartagena ha mostrado "precios más altos porque en los mercados europeos ha faltado patata, en concreto, la Agria. Este año, Francia y el resto de Europa han demandado menos", explica Bloemen. En consecuencia, el gerente cree que "están intentando abastecerse con su patata de conservación y alargarla todo el año. Ahora es el momento en el que, tradicionalmente, compran patata nueva, pero el consumidor puede comprar la suya de conservación".
En opinión del gerente, "ellos prefieren una patata que sea buena de comer, luego, se fijan en el precio y, después, en la imagen porque tienen cultura de comer patata; la diferencian para hervir, freír o hacer al vapor. En el caso de España y, sobre todo, en el sur, preferimos la imagen, luego el buen precio y, por último, que sea buena de comer".
Otros aspectos importantes de la patata de Cartagena son "el hecho de cultivarse cerca del mar, el pH del suelo y la temperatura más fresca por el momento del calendario. Todo eso la convierte en la mejor opción para quien quiera patata nueva de calidad".
En cuanto a la falta de semillas, "al no ser agricultores, no nos ha afectado tanto, pero para hacer contratos de Agria o Lady amarilla, los productores piden que se compre también de otra variedad, lo que es un síntoma claro de escasez de simientes en las casas".
En lo referente a las variedades que prefieren en Crillamur, el responsable dice que son, en general, "las que se lavan bien y no dan problemas, por ejemplo, la Orchestra de Francia o Rudolf roja de Albacete. Para freír, la que más se vende es la Agria, que se ha posicionado como la favorita. Las patatas para ese uso se distinguen por su color amarillo y tener más materia seca. Hay otras variedades igual de buenas para ese fin, pero las buscan menos".
Algo que llama la atención del consumidor es que la patata, en general, ha ido subiendo su precio a lo largo de los años. "Eso es por el valor añadido que le han otorgado los supermercados, por eso, vemos precios que antes eran impensables", concluye el responsable.
Para más información:
Philip Bloemen, gerente
Crillamur
T.: +34 968 603 014
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