Las verduras congeladas ofrecen numerosas ventajas a los consumidores. Son prácticas, sanas y duraderas. Pero, ¿por qué proceso ha pasado esa bolsa de espinacas antes de llegar al congelador? Marco Bom, director agrícola de Ardo, multinacional especializada en verduras congeladas, nos lleva a los campos donde empieza todo.
Marco Bom.
Ardo apoya la agricultura por contrato
"Queremos participar en el cultivo desde las primeras fases", afirma. Marco, que dirige a un equipo de agrónomos en las instalaciones de Ardo en Zundert (Países Bajos), donde se procesan sobre todo hortalizas de hoja, con la espinaca a la crema como su principal producto. Esta empresa familiar belga cuenta con 16 centros en siete países. En los Países Bajos, su actividad se concentra sobre todo en las provincias de Brabante y Flevoland, mientras que otros cultivos se destinan a localidades belgas.
Relaciones duraderas con los productores
La empresa no tiene problemas para encontrar productores. "Algunas familias llevan tres generaciones trabajando con nosotros". Ardo prefiere las colaboraciones en el largo plazo. "Somos selectivos a la hora de elegir", asegura Marco.
La dinámica climática hace imprescindible la diversificación
Temporadas muy lluviosas se alternan con otras muy secas, "por eso distribuimos geográficamente nuestros cultivos. Por suerte, rara vez llueve en todas partes a la vez. La sequía causa dificultades, pero es gestionable con riego". En Ardooie (Bélgica), los productores de Ardo tienen acceso a agua depurada y de lluvia procedente de un embalse de 150 millones de litros.
Sostenible e innovadora
La agricultura por contrato permite al especialista en procesamiento de hortalizas orientar activamente a sus productores hacia la adopción de prácticas de cultivo más sostenibles. "Vamos reemplazando cada vez más la química por la biología", explica Marco. Un 15% de sus cultivos son ecológicos, incluidas las espinacas de Flevoland, así como las zanahorias, coliflores, guisantes y judías. Ardo también apuesta por una mayor oferta de hortalizas convencionales sin residuos.
La selección de semillas también influye. "Utilizamos variedades con resistencias, como las espinacas resistentes al mildiu. Pero la naturaleza se adapta rápido, así que la labor de los obtentores sigue siendo esencial". Ardo también apuesta por la agricultura regenerativa. "Un suelo sano ayuda a gestionar las condiciones meteorológicas extremas. Nuestro programa MIMOSA+ contribuye a ello", indica Bom.
La disponibilidad de verduras congeladas ya no se puede dar por sentada
Sin embargo, el sector está en una posición vulnerable. "El cambio climático está provocando fluctuaciones en las cosechas, y las normativas que regulan la protección de cultivos son cada vez más estrictas. Un año de excedentes puede ir seguido de uno de escasez". Ardo, por tanto, procesa los productos de alto riesgo con antelación, si es posible.
Los drones vigilan la seguridad alimentaria
La empresa utiliza drones para detectar plásticos o latas en los campos de sus productores. "Detectan cualquier anomalía antes de que la cosecha llegue a la planta de producción", señala Marc. Se utilizan métodos de limpieza tradicionales. "Prevenir siempre es mejor que curar".
Ardo también procesa hierbas aromáticas como perejil, albahaca y perifollo de Francia y Austria, así como fruta a través de socios. "Disponemos de una amplia gama que incluye desde frambuesas hasta piña", concluye Marco.
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