Vlissingen es mucho más que un puerto en los Países Bajos: en tan solo doce años, este enclave del North Sea Port ha pasado de ser un actor secundario a consolidarse como uno de los núcleos logísticos más importantes para el comercio de cebollas de Europa occidental. Actualmente, más del 60% de las exportaciones holandesas de cebolla pasan por sus muelles.
Quien ha vivido esta transformación en primera persona es Jean Ruinard, que trabaja en el puerto desde los inicios de esta apuesta estratégica. "Cuando comenzamos, no había casi nada. Hoy somos uno de los puntos neurálgicos del comercio de cebolla en la región", comenta.
© North Sea Port
El primer paso, hace más de una década, fue analizar en detalle los flujos de mercancías en torno al puerto. La elección de la cebolla como producto clave resultó casi natural: se cultiva en abundancia en las zonas colindantes a Vlissingen. La estrategia fue sencilla pero eficaz: centrarse en nichos, huir de los cuellos de botella y ofrecer una logística más fluida que la de puertos como el de Amberes.
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"Amberes sufre una gran congestión. Los transportistas muchas veces solo podían hacer uno o dos viajes al día. Nuestra meta fue mejorar esa logística y fortalecer el papel del puerto", explica Jean.
Hoy en día, Vlissingen maneja más del 60% del total de cebollas exportadas por los Países Bajos, superando a otros puertos de la zona. Y sigue creciendo. "Ya no somos una simple alternativa logística. Somos un puerto con identidad propia, que apuesta por los nichos con decisión", afirma.
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El éxito, sin embargo, requiere una planificación milimétrica: desde el cultivo y la cosecha hasta la clasificación, el envasado y el envío —ya sea en contenedor o en barco convencional—, con soluciones de almacenamiento temporal que garantizan la calidad del producto.
El mercado más importante sigue siendo África occidental, debido al alto consumo en la región. Otros destinos son más reducidos, pero el crecimiento llega igualmente gracias a la ampliación de capacidad y a la incorporación de nuevos clientes. Además, el efecto arrastre del comercio de cebollas ha dinamizado otras líneas de negocio y ha reforzado la posición de la provincia de Zelanda como plataforma logística conectada eficientemente con el interior del continente.
Aun con los avances logrados, Jean Ruinard considera que el potencial de crecimiento está lejos de agotarse. "Nuestros clientes actuales están creciendo, algunos podrían incluso duplicar su volumen. Hay otros operadores que todavía no nos han descubierto y eligen rutas más tradicionales. Pero una vez que conocen nuestras ventajas, Vlissingen se convierte en la opción obvia", afirma.
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Eso sí, advierte que todo depende de la oferta. Las campañas agrícolas marcadas por una climatología adversa —ya sea por exceso o falta de lluvia— pueden afectar directamente los volúmenes de cebollas que se exportan a través del puerto.
Pese a ello, el horizonte es positivo: "A medida que la producción crece, también lo hace nuestro papel en la cadena. Todos los indicadores apuntan a que Vlissingen seguirá afianzándose no solo como puerto cebollero, sino también como un punto clave para el comercio de otros productos hortofrutícolas frescos", concluye Jean con optimismo.
Para más información:
Jean Ruinard
North Sea Port
Schelpenpad 2
4531 PD Terneuzen (Países Bajos)
Tel.: +31 (0) 115 647400
[email protected]
www.northseaport.com