"Con el inicio de la temporada holandesa de setas el 1 de septiembre, la demanda está aumentando", empieza Bert Spronk, de Spronk Champignons, empresa productora y mayorista de setas de los Países Bajos. "En otoño, la demanda de champiñones marrones y setas shiitake, por ejemplo, suele tender al alza, pues son productos mucho más buscados en otoño que en verano".
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"De aquí hasta finales de año, las previsiones son halagüeñas", continúa Bert. Dice que las exportaciones son algo erráticas, aunque hay avances en Escandinavia. "Finlandia y Noruega llaman cada vez más a nuestra puerta. En esos países hay menos presión sobre los precios que en el sur de Europa".
La presión de los precios es un factor innegable, señala Bert, que añade que mantener los precios de coste bajo control es un verdadero reto. Para ello, se pone el foco en la relación entre el rendimiento de la recolección, el rendimiento por metro cuadrado y la calidad. "Estos aspectos determinan el precio de coste. Si ese triángulo está equilibrado, te irá bien", explica Bert.
Siempre hay competencia de Polonia, que disfruta de unos costes de mano de obra más bajos, pero en este caso, Bert cree que la solución podría ser la robotización, también para la escasez de personal. Europa occidental tiene la ventaja de la sostenibilidad del cultivo. "Intentamos ser lo más sostenibles posible. Es una prioridad en la que realmente ponemos mucho empeño para obtener una ventaja sobre la competencia de Polonia". Bert señala que ese enfoque en la sostenibilidad es relevante principalmente en Europa occidental. "Cuanto más al este, menos importante es", indica.
La flexibilidad —el cultivo de toda la gama, incluidas las setas silvestres (también laminadas y mezcladas), la personalización, la disponibilidad 24 horas al día, 7 días a la semana, y el suministro de formatos nicho como los minis— también distingue a esta empresa. "Intentamos ofrecer a los clientes todas las comodidades en cuanto a productos laminados y listos para consumir. Ofrecemos una gama completa de setas frescas cultivadas y silvestres, y surtidos de setas en envases de varios tamaños".
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"También ofrecemos champiñones laminados, suministrados en todo tipo de palés mixtos. Y tratamos de satisfacer las peticiones de productos más pequeños, como las minisetas que cultivamos nosotros mismos o que obtenemos de los socios de la asociación de productores. Es difícil destacar con un producto de gran consumo como los champiñones blancos. Me he dado cuenta de que, a la hora de satisfacer a los clientes, suministrar estos productos pequeños es vital", prosigue Bert.
Los volúmenes y el número de productores en los Países Bajos parecen estables, o en ligero descenso. Bert considera que las relaciones a largo plazo son esenciales para garantizar la disponibilidad. Según cuenta, uno de los retos es aumentar el consumo, empezando por los jóvenes. Por ello, el mayorista/productor está satisfecho con la campaña de promoción para dar a conocer las setas europeas.
"Podremos aumentar el consumo futuro, porque la gente que come ciertos productos en su infancia sigue haciéndolo durante toda su vida". Bert también es optimista de cara al futuro: "Tenemos un producto sano y sostenible que se puede utilizar en muchos platos. Eso crea oportunidades", concluye.
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