La campaña de uvas en Brasil avanza con perspectivas positivas en términos de calidad y volumen, aunque el mercado internacional se ha visto sacudido por factores externos que están redefiniendo las estrategias de exportación. Así lo explica Renato Alves, director comercial de Coana, exportador brasileño de uvas, quien destaca que la cosecha 2025 comenzó con excelentes condiciones meteorológicas.
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"Este año el clima fue muy favorable y tenemos una fruta sana, bien terminada. Empezamos la cosecha en septiembre y los primeros envíos de larga distancia están saliendo ahora", afirma Alves. Sin embargo, el panorama de mercado no ha sido sencillo.
Uno de los mayores obstáculos ha sido el repentino aumento de tarifas impuesto por Estados Unidos a las uvas brasileñas. "Fue un golpe inesperado, aplicaron un arancel del 50% a solo un mes del inicio de la campaña. Teníamos más del 30% de la fruta destinada a ese mercado y tuvimos que redirigirla a destinos como Reino Unido y los países nórdicos", comenta. Esta medida ha obligado a empresas como Coana a replantear sus rutas comerciales y buscar alternativas en Europa.
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El mercado europeo, aunque con volúmenes más reducidos, ha absorbido parte de la oferta redirigida. "Inglaterra, Irlanda, Suecia y Noruega son ahora mercados estratégicos para nosotros. Los programas comerciales se están manteniendo estables", explica Alves.
En el plano interno, Brasil ha experimentado un crecimiento notable en el consumo de uvas. "Antes era un producto dentro del top 10 o top 15 de frutas más consumidas; hoy está en el top 3. El desarrollo de nuevas variedades nacionales también ha impulsado esta demanda", señala. Este dinamismo interno ha permitido a los productores contar con un mercado doméstico sólido que amortigua parte del impacto internacional.
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En cuanto a precios, el ejecutivo destaca que se mantienen en niveles históricamente positivos, aunque ligeramente por debajo del año pasado, que fue atípico por los valores excepcionalmente altos.
Los inconvenientes estructurales del sector persisten, especialmente en lo referente a mano de obra. "Es nuestro mayor problema. Estamos en una región alejada de las fronteras, por lo que no podemos recurrir a trabajadores extranjeros como hacen España o EE. UU.", explica Alves. A esto se suman las dificultades logísticas, aunque este año "han mejorado ligeramente"" debido a una menor competencia por el espacio en los buques.
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