Para disponer de buenas piñas, los surinameses dependen cada vez menos de los suministros de Costa Rica o Brasil. El cultivo de la piña está en plena expansión en este país sudamericano. Amea es una de las empresas que, con convicción y dedicación, cultiva variedades autóctonas que no solo son más dulces que las importadas, sino que también tienen más carácter. "Surinam no siempre tiene que depender del extranjero", defiende Wensley Perea. "Tenemos aquí más recursos de lo que pensamos y también podemos producir mucho nosotros mismos. Estamos trabajando mucho para lograrlo".
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Wensley Perea: "Tenemos aquí más recursos de lo que pensamos y también podemos producir mucho nosotros mismos. Estamos trabajando mucho para lograrlo".
La aventura de Wensley empezó en 2001 con el cultivo de anacardos. Era un proyecto prometedor, pero una serie de obstáculos, tanto políticos como económicos, le obligaron a interrumpir la actividad en 2006. Sin embargo, Wensley no se rindió. Hace ocho años volvió a ponerse en marcha, esta vez centrándose en la piña. "Antes ya cultivábamos piña como cultivo intermedio del anacardo, así que era el paso más lógico", indica.
© Pieter Boekhout | FreshPlaza.esVista aérea de la plantación en mitad de la selva.
Las variedades autóctonas de piña, como la Stuger o la Inginasi, crecen muy bien en suelo surinamés. "De hecho, las Guayanas son la cuna de la planta de la piña. Las frutas de aquí alcanzan un alto valor Brix, de 17 a 18 grados, por lo que son muy dulces", explica Wensley. Añade que también quiere empezar pronto a propagar una variedad rosa; algo que todavía se hace poco en Surinam, pero que es muy importante para Amea.
© Pieter Boekhout | FreshPlaza.esPlantación de piñas.
Wensley adquirió conocimientos sobre el cultivo moderno de la piña en Brasil y Costa Rica, a través de contactos con AgroFair, una empresa hortofrutícola internacional comprometida con el Comercio Justo® y el cultivo ecológico. Sin embargo, los métodos de cultivo de Centroamérica no eran idóneos para esta zona. "Acabé desarrollando mi propio sistema adaptado a nuestras propias variedades, nuestro clima y nuestro suelo. También hemos empezado hace poco a mecanizar la plantación de nuestras piñas; un paso necesario para poder hacer realidad nuestras ambiciones de crecimiento, dada la falta de mano de obra".
En Surinam, una planta de piña tarda unos 18 meses en dar fruto. Gracias a una plantación escalonada, Amea dispone de producto durante todo el año y puede, por tanto, contar con ventas en el mercado nacional. Una hectárea contiene más de 50.000 plantas. En los periodos secos y calurosos existe el riesgo de quemaduras solares, pero eso no disuade a Wensley. "También tenemos nuestra propia fuente de agua. Sin dicha fuente, el riego sería inasequible, ya que el agua corriente es demasiado cara para el cultivo a gran escala".
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Para el mercado surinamés
Amea está ahora mismo centrada en el mercado nacional. "Surinam necesita importar menos y producir más por sí mismo. Eso es bueno para la economía y para ganar confianza". Aunque el producto surinamés suele ser más caro que las piñas importadas, Wensley cree en su visión de "volver a lo básico". "La gente quiere autenticidad, recuperar los productos del pasado. Y quizá el gobierno debería contribuir un poco a ello, por ejemplo, con aranceles más elevados para la fruta importada".
Además, es muy factible bajar el precio trabajando de una manera más eficiente y con una comercialización más directa a supermercados y clientes finales. "La intermediación a pequeña escala suele hacer subir el precio innecesariamente y eso limita la capacidad de crecimiento del sector". En el mercado mundial, Wensley no ve por ahora muchas oportunidades. Costa Rica y Brasil dominan el mercado con grandes volúmenes de piñas baratas, pero en los países de la CARICOM sí hay muchas más posibilidades. "Allí, el nivel de precios es comparable al nuestro", afirma.
"Tampoco hay que descartar la posibilidad de exportar nuestra piña a los Países Bajos. A mucha gente con raíces surinamesas le gusta comprar algo que venga de Surinam, sobre todo frutas y hortalizas. Seguro que Amea podría aprovecharlo usando una marca que destaque el origen del producto como procedente de Surinam".
© Pieter Boekhout | FreshPlaza.es Con 20 hectáreas, Amea ya es un productor de piña respetable en Surinam.
Venta por kilo: lógica y justa
En Surinam, las piñas solían venderse por unidades. Eso es algo que Wensley cambió. "Las vendemos por kilos. Es lo más justo, ya que pagas por lo que recibes. Al principio hubo resistencia, pero con la sandía también se hace así. Con el tiempo, todo el sector hortofrutícola de Surinam tendrá que hacer lo propio". Y esta no es la única innovación que quiere aportar. "Queremos comercializar no solo piña fresca, sino también zumo de piña, mermelada, o trozos para pizzas y ensaladas de fruta. Pronto empezaremos también a producir nuestra propia piña deshidratada y haremos lo mismo con otras frutas. Es un mercado con potencial de crecimiento aquí en Surinam y queremos mantenernos a la vanguardia".
Planta de procesamiento de piña
Con 20 hectáreas, Amea es ya un productor de piña respetable en Surinam. Sin embargo, en los próximos años, Wensley aspira a crecer hasta alcanzar por lo menos 150 hectáreas. "Eso estaría muy bien. Ahora mismo estamos ocupados con la construcción de una línea completa de procesamiento para nuestra piña que abarque todos los procesos, desde el lavado y el encerado hasta el exprimido y secado".
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Las perspectivas son positivas, todavía hay mucho potencial para el cultivo de piñas y otras frutas. "Aunque es más fácil decirlo que hacerlo. Surinam tiene todo lo necesario para ser autosuficiente: suelo fértil, sol, agua y espacio, pero a menudo carece de mano de obra buena y cualificada, y resulta difícil acceder al capital necesario. Aquí no se consigue fácilmente un préstamo de un millón de dólares, mientras que en otros países es bastante normal para proyectos agrícolas a gran escala".
Otro escollo son los aranceles de importación al traer del extranjero insumos como fertilizantes o maquinaria. "Hay posibilidades de exención, pero no se aplican a todo el mundo por defecto, lo que frena el crecimiento y la innovación. Así que aún queda bastante trabajo por hacer, pero si el Gobierno y el sector se ponen de acuerdo, hay muchísimas posibilidades. Más de las que pensamos", concluye Wensley.
Para más información:
Wensley Perea
NV AMEA Cashew & Pineapple Industries
Rijweg naar Phedra #41
District Para (Surinam)
Tel.: +597 8932855
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