"La temporada de calabazas va muy bien por ahora", comenta Jeroen De Ridder, de la firma belga Jeroen Pompoen, con sede en Sint-Gillis-Waas. Aunque la calabaza Butternut está ya disponible durante todo el año, el tiempo gris de octubre y las próximas festividades siempre le dan un impulso a la demanda. "De hecho, la demanda se ha duplicado en las últimas dos semanas", afirma.
Jeroen, cuya empresa ha adoptado con orgullo el apodo de Jeroen Pompoen (Jeroen Calabaza), considera que no pueden sino estar satisfechos con la cosecha de este año. "Disponemos de una gran producción y el tamaño de las calabazas también está bastante bien, a pesar de la sequía. Aunque las calabazas pueden beneficiarse de unas condiciones algo más secas en verano, un exceso puede también ser desastroso. Por suerte, no hemos sufrido ningún gran contratiempo, así que no podemos quejarnos. En comparación con el año pasado, los rendimientos están siendo incluso algo superiores a la media, tanto para las calabazas Hokkaido, como para las Butternut".
"Las calabazas se cosecharon en buenas condiciones; ahora está todo almacenado", prosigue el productor, que cultiva 10 variedades distintas en unas 74 hectáreas. Las principales son las calabazas Hokkaido y las Butternut, pero Jeroen está también experimentando con otras variedades en una parcela especial. "Empezamos con las primeras calabazas el 10 de septiembre, y terminamos con la cosecha el 15 de octubre", cuenta. Por ahora, la vida útil del producto también parece buena, aunque todavía es un poco pronto para emitir un juicio definitivo al respecto. Eso sí, por ahora, disponemos de kilos suficientes y, por supuesto, esperamos lograr buenas ventas".
Exportación a final de temporada
Esas ventas se concentran en un 95% en el mercado belga, y la demanda empieza ahora a repuntar. "En Bélgica, llevamos desde principios de septiembre suministrando a los supermercados, pero la demanda se ha duplicado en las dos últimas semanas; suele repuntar siempre a finales de septiembre. Esperamos que la calidad del producto almacenado se mantenga a un buen nivel hasta Año Nuevo. Es un dato muy positivo, ya que el año pasado tuvimos menos producción y más problemas de calidad a consecuencia de las lluvias".
"Las exportaciones todavía no han despegado", prosigue. "Nos han hecho algunas consultas sobre precios, aunque no se han traducido aún en pedidos. También puede que sea todavía un poco temprano. Sospecho que pronto necesitaremos exportar para poder darle salida a todos los volúmenes. En Bélgica, las calabazas Butternut están disponibles en las tiendas durante todo el año y se venden con regularidad hasta abril, pero las calabazas Hokkaido suelen desaparecer de los lineales dos o tres semanas después de Año Nuevo. En los países vecinos, hay calabazas disponibles durante más tiempo, pero aquí desaparecen con bastante rapidez. A finales de año, exportar se convierte en necesidad".
© Jeroen Pompoen
"Lo que sí notamos todos los años es la moda de Halloween. Como empresa no hacemos mucho al respecto, pero la demanda se reactiva cada año. Hay gente dispuesta a pagar sumas considerables por una calabaza ornamental para hacerse una foto con su bebé. También hay quien conduce 150 kilómetros para conseguirla y paga sin pensárselo entre 10 y 14 euros por una calabaza. Hablamos de un mercado totalmente distinto al del consumo. La experiencia lo es todo en ese caso. Después del 1 de noviembre, esa demanda desaparecerá por completo y, si todavía te quedan muchas, no podrás librarte de ellas. Pero quizá también nos venga bien intentar sacar provecho de esa locura".
El concepto del kit de ingredientes frescos no ha irrumpido aún en Bélgica
El agricultor belga, miembro de Coöperatie Hoogstraten, también observa un crecimiento sólido del consumo total de calabazas. "Se nota que la gente cocina más con ellas. Cada año aparecen más recetas y la demanda continúa aumentando poco a poco. Los clientes con los que acordamos los volúmenes de suministro para la temporada también indican que el mercado no deja de crecer. Por otra parte, en los Países Bajos hay muchos kits de ingredientes frescos con calabaza en los supermercados, pero en Bélgica este concepto no se ha popularizado por ahora, aunque crece un poco cada año. De hecho, este año se ha registrado un aumento de alrededor del 10% en el segmento de productos de conveniencia. Eso sí, el concepto sigue sin ser tan conocido como en los Países Bajos, no solo en el caso de las calabazas, sino en general".
© Jeroen Pompoen
Según Jeroen, quizá el mayor reto para el cultivo de calabazas siga siendo la falta de personal. "Las condiciones meteorológicas más extremas son, por supuesto, algo con lo que también tenemos que aprender a lidiar, pero encontrar personal cualificado sigue siendo un problema cada vez mayor; uno que se puede resolver en parte con automatización. Continuamos invirtiendo para mejorar nuestra capacidad de clasificación y dar con formas de hacer más trabajo con menos personal. En la medida de lo posible, intentamos evitar el trabajo manual. Eso es esencial para el futuro".
"La mecanización sigue suponiendo un gran reto para las calabazas Butternut. Con otras variedades de calabaza, la recolección mecánica funciona bien, pero las Butternut tienen el tallo demasiado duro y este se daña con facilidad, lo que dificulta la recolección automática. Ahora estamos experimentando con técnicas para cortar las calabazas a mano y que luego estas se coloquen automáticamente en cajas para hacer el trabajo más llevadero. Pero la calabaza Butternut sigue siendo una variedad difícil de recolectar con eficacia. Por eso no nos planteamos ampliar su cultivo por ahora. En definitiva, creo que muchos productores anhelan una buena solución, pero me temo que, por ahora, habrá que seguir esperando".
Para más información:
Jeroen De Ridder
Jeroen Pompoen
Heerweg 3
9170 Sint - Pauwels (Bélgica)
Tel.: +32 (0)484 73 86 64
[email protected]
www.jeroenpompoen.be