Colombia: Otra amenaza para el limón tahití
Su presencia en los cultivos del cítrico se determinó a través de una investigación de la U.N. Sede Palmira. Se trata del insecto Prodipolisis longifila (moscas de las agallas), especie de díptero de la familia de los cecidómidos (Cecidomyiidae).
Este descubrimiento de la bióloga y docente del Departamento de Ciencias Agrícolas de la U.N. Sede Palmira, María del Rosario Manzano, es el primer reporte de un insecto que, según la profesora, “en Estados Unidos ya es considerado una plaga”.
El depredador tiene un tamaño entre dos y tres milímetros de longitud, cuenta con antenas que, por lo general, son largas y flexibles. Su color es variable, algunas veces con patrones llamativos claros y oscuros. Al igual que en el tomate, el insecto en su estado de larva causa daño sobre los brotes foliares, los botones florales y los frutos pequeños, de los cuales se alimenta.
El mapa de predicción de la distribución del Prodiplosis longifila mostró que las zonas potenciales en Colombia donde la especie puede desarrollar sus poblaciones son el Valle del Cauca, Huila y Antioquia. Una de las variables determinantes de su distribución fue la altitud.
Aunque no se hizo un estudio detallado al respecto, la investigación reveló que unas especies de Synopeas pueden funcionar como parasitoide o enemigo natural de este tipo de cecidómidos.
La profesora señala que la caracterización y reconocimiento de este insecto sienta las bases para realizar estudios posteriores, que permitan conocer a fondo si el animal podría llegar a ser una plaga en Colombia. De ser así, se podrían prevenir pérdidas económicas en cultivos, desarrollando un programa de manejo integrado.
Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co