Sudáfrica: temporada de ciruela impredecible

La temporada de ciruela sudafricana está demostrando ser un asunto impredecible y difícil, con una superposición inesperada entre cultivos cuyas cosechas normalmente son consecutivas, un menor volumen de ciruelas que está reduciendo la actividad en las envasadoras y una cosecha irregular con picos débiles.

"El desafío de este año radica en la dificultad de hacer estimaciones confiables", dice Chris Swart, de Corefruit. "Cada agricultor tiene una estrategia diferente para lidiar con la sequía, dependiendo de las diferentes zonas y qué cultivos funcionan bien o sólo parcialmente en sus regiones, lo que hace que sea realmente difícil predecir la cosecha. Esto es lo más difícil y por eso la comunicación con los productores es tan importante". Swart señala que los clientes en el Reino Unido y la UE están entendiendo la situación en la que se encuentran los productores y exportadores de ciruela este año; todos saben que la industria está en su tercer año de sequía.

Los volúmenes han caído, sin duda, hasta un 15% en las ciruelas tempranas, debido a los daños por el calor en las frutas de las zonas cercanas a la árida Klein-Karoo, como en Robertson, según Jan Hoon, director de mercadotecnia de Franschhoek Marketing, gran envasador y comerciante de ciruela, con sede en Boland. Hoon espera que las ciruelas tardías experimenten una reducción en los volúmenes de sólo el 5%, según estimó Hortgro a finales del año pasado.

Las envasadoras se están enfocando actualmente en las variedades Fortuna roja, Sunkiss amarilla, Lady Red y Souvenir.

Las consecuencias de una estación cálida y seca son los azúcares muy altos. En general se piensa que la calidad es muy buena este año. El viento durante la primera parte de la temporada ha dejado su huella en las ciruelas en algunas zonas de Boland.

Swart describe la calidad y el sabor de las ciruelas sudafricanas como "muy buenos", y agregó que para los productores que logren combinar el tamaño con la calidad de las ciruelas de esta temporada, será un muy buen año.

"Las ciruelas cuelgan en los árboles durante mucho tiempo, se necesita tiempo para alcanzar la presión adecuada", dice Wessel Erasmus, gerente de Banhoek Packers en Boland. En los alrededores de Stellenbosch en Boland, el calor que normalmente habrían esperado a finales de noviembre, apenas acaba de llegar.

"Normalmente se obtiene fruta más grande en una temporada tardía, pero el tamaño es un poco más pequeño esta temporada", señala Jan Hoon. "Es un año difícil, pero, aun así, tenemos suficientes ciruelas grandes para cumplir con los compromisos".

Los productores han intentado minimizar el efecto de la sequía a través de estrategias de reducción y poda, que han dado fruto en plantaciones que todavía tienen reservas de agua razonables como en Stellenbosch, donde cayeron hasta 10 mm de lluvia en Año Nuevo; pero en plantaciones casi vacías y con temperaturas bajo cero, es inevitable que se reduzca el calibre de la fruta.

Una proporción de fruta más grande de lo normal tiende hacia el tamaño B, estimulando la demanda de ciruelas grandes. "El tirón es fuerte debido a la menor disponibilidad y las ciruelas se están vendiendo bien, lo cual es positivo para la temporada, pero no para los productores, porque hay menos fruta y el precio por unidad no es mucho más alto que el año pasado", explica Swart.

El Reino Unido tradicionalmente adquiere las ciruelas más pequeñas de Sudáfrica, pero los volúmenes bajos mantienen la oferta bajo control.

Además de la UE y el Reino Unido, las ciruelas sudafricanas también irán a Rusia y Oriente Medio, este último mercado debe manejarse con cuidado para que los precios no bajen bruscamente en respuesta al exceso de oferta, según explica un exportador a FreshPlaza. "Hay buenos mercados para las ciruelas en el Medio Oriente, pero hay que mantener su apetito, de lo contrario los precios caerán rápidamente".