Los resultados anuales en Greenyard no han cumplido con las perspectivas para el pasado año fiscal, según las cifras presentadas por la empresa. La multinacional belga ha informado sobre una pequeña disminución en su REBITDA.
La facturación total del grupo alcanzó los 4.175 millones de euros, y los márgenes estuvieron bajo presión durante la segunda mitad del año. "Greenyard está experimentando un declive temporal en todos sus sectores", dice el comunicado de prensa. El sector fresco está experimentando una desaceleración temporal en el crecimiento, ya que algunas inversiones todavía no pueden ponerse plenamente en funcionamiento. El sector Long Fresh está bajo la presión de los precios del sector de preparados, aunque su impacto se compensa con precios de compra más altos. El sector hortícola también ha sufrido debido a las condiciones adversas del invierno en el cuarto trimestre, que provocaron que las actividades de primavera comenzaran más tarde.
Por lo tanto, se espera que el REBITDA para el ejercicio actual ascienda a 140 millones de euros, lo que supone un 4% menos que en el año anterior. Inicialmente se esperaba que el REBITDA alcanzara los 153,5 millones de euros. Se espera que los beneficios libres de impuestos aumenten; el año pasado, se situaron en 0,8 millones de euros; este año, serán 5 millones de euros. Este aumento se debe principalmente a la refinanciación implementada en diciembre de 2016.
Además de la presión sobre los márgenes, los costes extraordinarios también han afectado en los resultados. Estos costes han ascendido a 27 millones de euros, en parte debido a la adquisición de la empresa de setas Mykogen, el cierre de dos almacenes en Alemania y las conversaciones de adquisición interrumpidas con Dole.
Se espera que el menor rendimiento operativo, junto a las inversiones de más de 70 millones de euros y una serie de desinversiones no materializadas de actividades complementarias, genere una deuda neta normalizada/REBIDTA de alrededor de 2.8x, alineada con los convenios del grupo, en la que ya se ha tenido en cuenta el pago de la adquisición de Mykogen.
"Los resultados anuales actuales de Greenyard no cumplen con nuestras expectativas, en parte debido a factores externos", explica Hein Deprez, director general de Greenyard. "Sin embargo, nuestra confianza en el futuro permanece intacta, gracias a la dirección que decidimos tomar a finales de enero". Entonces, la Junta Directiva acordó que la empresa debería estar más cerca de sus clientes. "Esto resultó en un fortalecimiento de nuestros equipos de gestión a nivel industrial".
"Desde que se realizó este cambio significativo en la organización, Greenyard se ha vuelto más ágil y capaz de tomar decisiones más rápido". Esa confianza en el futuro también se refleja en las perspectivas de la dirección, cuyo objetivo es que el REBITDA para el año financiero 2018/2019, que comenzó el 1 de abril, aumente en un 10%.