“Hablamos el idioma de los clientes”
Bernard indica que tienen muchos nuevos países y que crecen entre un 10 y un 15% en facturación al año. “Varía según el producto, por ejemplo, exportamos muchos más melocotones a destinos lejanos. A veces es difícil comerciar: el euro no juega a nuestro favor en relación con otras divisas como el dólar o el rublo. Eso complica las exportaciones”. Calsa considera importante hablar el idioma del cliente. “Esto facilita los negocios. También consideramos importante estar preparados, el ‘no’ no figura en nuestro diccionario. ‘Responder con rapidez’ es nuestro punto de partida”. Calsa comercializa gran parte de su surtido bajo la marca Ar’delice. “Tanto las frutas y verduras nacionales como el surtido de importación se ofrecen con esta marca”. En cuanto a logística, la localización de Calsa es perfecta, en Ardooie. “Además, tenemos una compañía asociada, Weiss, en Sint-Katelijne-Waver y una oficina en Sint-Truiden, Bélgica. Así que estamos posicionados en toda Bélgica”.
Nacionalismo
Nacionalismo
Por toda Europa está aumentando el deseo por el producto agrícola nacional. “La gente quiere cada vez más producto cultivado en el país y los Gobiernos están fomentando esta tendencia, también en Bélgica. Por ejemplo, Francia, que era nuestro principal cliente, hoy por hoy cada vez hace menos pedidos, solo si no tienen suficiente producto propio. Hay que exportar a más países para vender tus productos, y eso no mejorará en el futuro. Para sobrevivir hay que seguir creciendo. La sobreproducción se está convirtiendo en un problema mayor”.
Expansión
Debido a su crecimiento anual, Calsa pronto se ampliará hasta los 3.200 metros cuadrados. La zona de almacenamiento es de 9 metros de altura y está totalmente construida con cemento. “Nos hemos dado cuenta de que en los periodos de máxima producción no tenemos suficiente espacio de almacenamiento refrigerado, así que hemos decidido invertir en un nuevo y moderno edificio comercial”.Para más información: