Los efectos de la epidemia de ébola se pueden sentir en el comercio de fruta en Senegal, que normalmente está controlado por los vendedores guineanos. Los vendedores de fruta quieren que se abra la frontera entre Senegal y Guinea, pues es su fuente natural de fruta.
En las tres tiendas visitadas, el mensaje ha sido el mismo: "¡Queremos que se abra la frontera!". Según Alpha BA, los precios todavía no se han incrementado, pero "el problema está empezando a afectar al suministro".
Mohamed Diallo señala que "dado que el único caso [de ébola] en Guinea ha sido tratado, ahora creo que podría abrirse la frontera para que los ciudadanos de ambos países realicen sus transacciones". Sin embargo, un joven vendedor senegalés de padres guineanos demanda a las autoridades que tomen todas las medidas necesarias para proteger su país del surgimiento de una contaminación.