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2015: Retrospectiva del veto ruso

Extender, destruir y prever

El año 2015 estuvo cargado de noticias sobre Rusia y su veto. En esta primera edición del año, echamos un vistazo al anterior, separamos lo importante de lo que no lo es, y vemos que lo que resta es una tensión política continua y una posible conformidad, con un golpe adicional de Rusia a Turquía.

Rusia devolvió toneladas de frutas y verduras este año por problemas con los documentos de exportación. La falta de claridad sobre el país de origen basta para que los productos sean retenidos para su investigación. Los productos de los países no vetados se interceptaron de forma habitual por las infracciones fitosanitarias.



Esperanza de diálogo
A principios del año pasado, había algo de esperanza de que Europa no extendiera las sanciones. Por parte de Rusia se hablaba de diálogo abierto y, por parte de Europa, el ambiente era positivo. Aun así, las sanciones se extendieron en marzo seis meses, antes del verano se extendieron otros seis meses, y en diciembre se anunció una tercera extensión. A pesar de que varios países europeos han hecho un llamamiento al diálogo abierto (Francia, Alemania e Italia realizaron esta petición), las sanciones continúan en vigor.

Un factor crucial es la aplicación del Protocolo de Minsk. Este tratado intenta restablecer la paz en el este de Ucrania. Además de la retirada de las tropas de las partes en conflicto, los ejércitos internacionales deben abandonar la zona de conflicto. Europa está convencida de que Rusia tiene presencia militar activa en el este de Ucrania, algo que el Kremlin no ha negado.

Extender las sanciones
Como se esperaba después de que Europa extendiera las sanciones, Rusia extendió su veto este verano. Rusia no deja nada a medias; las fronteras permanecerán cerradas a los productos europeos durante otro año. Deberá volver a tomarse una decisión en verano de 2016.

Rusia insiste en que el país será autosuficiente y, según sus estadísticas y el alto número de inversiones, está en ello. Las cifras económicas generales muestran un panorama diferente: el aumento de la inflación, la continua debilidad del rublo, los bajos precios del petróleo, el aumento de los precios en los supermercados y del número de rusos que viven por debajo del umbral de la pobreza. Está claro que no han alcanzado todavía su objetivo. Los huecos en el mercado ruso a causa del veto han sido difíciles de llenar con productos de países no vetados. No ha sido posible encontrar nuevos proveedores para todos los productos que se necesitan.

Los países que supuestamente están abalanzándose sobre la oportunidad de exportar a Rusia constan sobre todo de ex repúblicas soviéticas como Georgia, Azerbaiyán y Armenia. Además, Egipto siempre ha mostrado interés en el mercado ruso. Otros países como Marruecos e Israel son más cautelosos. Aunque estos países ven el potencial, existe preocupación sobre los acuerdos económicos de comercio.

Los países de la UE flirtean con Rusia
En Europa, el comercio se ha basado en la pérdida del mercado ruso. Se han encontrado nuevos mercados. Según cifras de la FAO, el veto ha dado como resultado un cambio de los flujos de comercio globales. Durante la primera mitad de 2015, algunos países europeos flirtearon con Rusia. Se sabe abiertamente que Atenas ya no apoya las sanciones. El país pidió incluso que se le excluyera del veto para poder reanudar las exportaciones. Hungría, Chipre, Italia y España trataron de estar a buenas con Rusia. Al principio, Moscú tentó a estos países, pero al final mantuvo su palabra: las fronteras continuaron cerradas.

Destruir y reforzar
En primavera se adoptó una nueva ley que proporcionaba a la inspección rusa licencia para destruir los productos incautados. La inspección se tomó esta ley al pie de la letra y destruyó toneladas de productos importados de forma ilegal, para enfado de algunos ciudadanos rusos. Se hicieron varias propuestas para utilizar los alimentos para otros fines, pero fueron en vano. En los últimos meses, los informes de alimentos destruidos se han reducido.

Para detener el contrabando de productos ilegales, Rusia anunció controles más estrictos en la frontera con Bielorrusia el pasado otoño. Durante un corto periodo de tiempo, Bielorrusia se convirtió en el proveedor principal de frutas y verduras para Rusia, mediante las cuales entraron también en Rusia productos de los países vetados. Esto no pasó desapercibido a los rusos, que decidieron reforzar los controles de la documentación; ahora, cada envío debe tener su certificado fitosanitario original. Esta parece haber sido la causa de problemas graves en forma de camiones incapaces de cruzar la frontera rusa porque les faltaban los documentos adecuados.

Turquía, también vetada
Por último, hubo un incidente el 24 de noviembre, cuando Turquía derribó un avión de guerra ruso. El Kremlin reaccionó enérgicamente con medidas económicas. Además de las sanciones a varios sectores, las fronteras se cerraron para una lista de productos agrícolas frescos turcos. El Kremlin hizo los deberes: los productos como los limones, que serían difíciles de cubrir con otros importadores, se salvaron del veto. Moscú pospuso la introducción del veto hasta Año Nuevo, pero, en realidad, muchos envíos se han devuelto a Turquía desde el incidente a causa de infracciones fitosanitarias. Ha habido también informes de camiones turcos a los que no se les ha permitido cruzar la frontera.

En Turquía, el sector entró inmediatamente en pánico. Los productores de cítricos pidieron ayuda al Gobierno y los comerciantes declararon desplomes de los precios. Parece, no obstante, que Egipto sustituirá a Turquía; Egipto está muy interesado en el mercado ruso. Irán también se ha mencionado en muchas ocasiones. También están Marruecos e Israel, pero los comerciantes de estos países son más cautelosos. Tras el veto a Europa, Rusia parecía un mercado atractivo, hasta que el rublo cayó y los comerciantes tuvieron que recoger los restos.
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