En la temporada citrícola andaluza no puede olvidarse la campaña de un cítrico particular dedicado prácticamente en exclusiva a la exportación, la naranja amarga, cuya producción se concentra en Sevilla; ciudad donde, según afirman algunos historiadores, fue introducida por marinos genoveses mucho antes de que el también genovés Cristóbal Colón llegara a la ciudad para pasar a formar parte de la historia universal, poniendo fin oficialmente a diez siglos de Edad Media.
Si bien es cierto que este cítrico es emblemático de Sevilla, su consumo se focaliza principalmente en Reino Unido y, también, en Francia, Irlanda, Alemania y los países nórdicos –según otros historiadores, esto también estaría relacionado con los marinos británicos, que consumían naranjas amargas en sus travesías para evitar el escorbuto–. "En esos países, existe una gran tradición en la elaboración de mermeladas que aún es muy fuerte, y siguen empleando naranjas amargas para prepararlas", explica Amadora Gahona, de Gospa Citrus.
"Siempre ha habido un mercado en fresco para estas naranjas, de hecho, su mercado comenzó así, aunque con el tiempo ha ido tomando más fuerza el comercio del producto ya procesado para que las fábricas puedan utilizarlo para elaborar sus preparaciones. No se conoce mucho este mercado porque en España no hay tradición, pero en Reino Unido, donde llaman a esta naranja 'Seville orange', por ejemplo, durante enero y febrero tanto las grandes superficies británicas como los mercados tradicionales venden el producto fresco, y existe una demanda bastante alta. Este año hubo una semana de lluvias complicada aquí en Sevilla en la que tuvimos problemas para recolectar la fruta, y nuestros clientes estaban preocupados porque la gente pedía más naranjas amargas en sus establecimientos".
"¿Naranja de calle o naranja de huerto? Esa es la cuestión"
Gospa Citrus cultiva sus naranjas amargas en Mairena del Alcor, en huertos tradicionales, algunos con naranjos de más de 100 años y 7 metros de altura. Los padres de Amadora impulsaron el cultivo hace más de 60 años, en una huerta ya establecida por el abuelo, y Amadora y uno de sus hijos, ya la cuarta generación, han continuado esta labor, conservando todo el conocimiento que aprendió de sus padres, y ofreciendo no solo fruta sostenible cultivada de manera ecológica (su madre fue la primera en obtener el certificado ecológico en España para la naranja amarga) sino también un servicio de calidad a todos sus clientes europeos. "En Reino Unido, de hecho, nos hemos establecido como el referente en naranja amarga", señala Amadora.
"No obstante, es una actividad que también tiene sus complicaciones. A nivel de cultivo, el naranjo amargo es un árbol de gran tamaño y la recolección y manipulación son el doble de caras que la de un naranjo dulce, lo que hace que defender el precio cuando trabajas una gran calidad sea más difícil de lo que querríamos. En ecológico, además, el cultivo es aún más costoso".
Pero viendo el mercado tan exclusivo que existe, "¿por qué no se valora el producto?", continúa Amadora. "Podríamos tener un producto revalorizado, en una campaña corta con una producción muy pequeña a nivel andaluz; pero tenemos constancia de que las naranjas de la calle, que cumplen exclusivamente una función ornamental, se introducen en el mercado a un coste y un precio muchísimo menor que el nuestro y producen un desplome en los precios".
"Nuestro competidor es la naranja de la calle. Los ayuntamientos de provincias como Córdoba, Málaga o Sevilla hacen convenios con algunos recolectores y esa naranja que no ha sido cultivada, que no tiene trazabilidad, que ha estado expuesta a la polución y que no cumple con las normas de seguridad alimentaria, es introducida en las fábricas e incluso en el mercado fresco".
"Esto no debería permitirse por parte de los poderes públicos. Es, de hecho, un tema que llevamos denunciando durante muchísimos años porque nos impacta directamente. Es una pena que haya agricultores de la zona que hayan tenido que arrancar todos sus naranjos amargos porque no tiene rendimiento económico".
"Independientemente del desplome de precios, está el hecho de que haya personas que no saben que están comiendo naranjas de la calle y no sean las que quieren consumir", destaca. "Por fortuna, los grandes supermercados en Inglaterra confían en los productores ecológicos que pueden ofrecerles un producto con una garantía; ellos saben lo que están comprando y lo que están vendiendo a sus clientes, y que no se pueden fiar de cualquier proveedor".
"Aquí no hablamos ya de naranja convencional o ecológica, sino de que sea de huerto o que venga de la calle".
Para más información:
Gospa Citrus
Calle Herreros, 52
Mairena del Alcor 41510 - Sevilla, España
Tel.: +34 636 059 019
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