A principios de enero, en Bélgica, los tomates estaban muy baratos en comparación con lo que suelen costar por estas fechas, ya que la oferta era mayor que la demanda. Sin embargo, desde la semana pasada, la demanda se ha disparado y, con ella, los precios. "Hay mucho menos volumen procedente de los países del sur por culpa de las condiciones meteorológicas, razón por la que hay tanta demanda", explica Erik de Winter, de Rotom Tomatoes.
Precios altos
Según De Winter, la situación es completamente diferente a la de hace algunas semanas. "Los precios están por las nubes; todos los tipos de tomate se venden a más de 2 euros el kilo, y algunos incluso llegan a los 2,20 euros, mientras que la semana pasada fluctuaban entre 1,40 y 1,50 euros". Por supuesto, son precios excelentes para los productores, pero De Winter no cree que vayan a aumentar mucho más. "No, porque los consumidores podrían dejar de comprar tomates. Si el precio de mercado ya supera los 2 euros, en los supermercados rondarían los 3 euros o incluso más".
No obstante, De Winter sí espera que el nivel de precios actual se mantenga durante algún tiempo. "Por supuesto, dependerá de las condiciones meteorológicas y de la demanda, pero parece que los precios de los tomates no bajarán en las próximas semanas".
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Erik de Winter
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