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Se han encontrado nuevos mercados tras el veto ruso, pero no han bastado

Justo antes del veto, Rusia importaba 8,5 millones de toneladas de frutas y hortalizas. Casi el 30% de esta cantidad, 2,3 millones de toneladas, procedían de los países vetados (principalmente europeos). Desde el veto, estos países han estado buscando nuevos mercados que absorban la pérdida del mercado ruso. Tres años después de la entrada en vigor del veto, surge una pregunta: ¿han logrado los países vetados acceder a mercados diferentes o nuevos para vender sus productos?

De la exportación de frutas y hortalizas frescas cultivadas en los Países Bajos, en torno al 7% se enviaba a Rusia antes del veto. En 2013 y 2014, la mayor proporción de envíos con destino a Rusia correspondía al repollo (8 y 42%, respectivamente) y a la zanahoria (18 y 21%), seguidos de las manzanas (6 y 9%) y las cebollas (4 y 7%). Según la KCB/GFH, la exportación de frutas y hortalizas frescas cultivadas en los Países Bajos ascendió a 132.000 y 206.000 toneladas, respectivamente. Según las aduanas rusas, llegaron mayores volúmenes de este origen en esos años, 255.000 y 270.000 toneladas.



El vacío dejado por los países vetados no se puede llenar
¿Cómo le fue al mercado ruso después de que entrara en vigor el veto a las importaciones en agosto de 2014? En 2015, la importación descendió de forma considerable, 6,9 millones de toneladas. Turquía fue quien más se benefició del veto a las importaciones ese año, pues las importaciones desde este país pasaron de 1,2 millones de toneladas en 2013 a 1,4 millones de toneladas en 2015. La importación del resto de países creció la modesta cifra de 0,4 millones de toneladas, de 5 millones a 5,4 millones de toneladas. Cuando muchos productos turcos perdieron el derecho de entrada a Rusia en 2016, el total de las importaciones rusas descendió a 6,1 millones de toneladas en ese año, 2,4 millones menos que en 2013. Ese fue el resultado de dejar de importar 2,3 millones de toneladas de los países vetados en 2014, recibir 0,5 millones menos de Turquía y "solo" 0,6 millones más de otros países.

Son pocos los países que se han beneficiado del veto
¿Qué países han conseguido llenar el vacío que ha quedado? El país que mayor crecimiento de la importación ha experimentado ha sido Bielorrusia. En 2013, se importaron de ese país 260.000 toneladas de frutas y hortalizas frescas, y hasta 650.000 toneladas en 2016.

La importación de otros países combinada se ha mantenido, por tanto estable. Se trata de una media porque, en realidad, algunos países vieron la oportunidad de proveer más a Rusia. Egipto ha logrado vender 100.000 toneladas más en Rusia (sobre todo naranjas y cebollas). Otros países que se han beneficiado del vacío dejado han sido Azerbaiyán (sobre todo tomates) y Serbia (manzanas). Proveedores importantes como Ecuador (bananas), China (fruta de pepita, cítricos, ajos) y Marruecos (mandarinas y tomates) no han podido vender más.

Cabe destacar que varios países, pese al espacio dejado en el mercado, han sido incapaces de abastecer más a Rusia. Los ejemplos más importantes son: Israel, Argentina, Chile y Sudáfrica. Como explicación para los tres últimos, se puede decir que estos países principalmente envían sus productos a Europa occidental y, por tanto, se las han arreglado para introducirse en el flujo de exportación a Rusia.

Cae la importación rusa
A nivel de producto, destaca especialmente el descenso de la importación de manzanas, de 1,35 millones de toneladas en 2013 a 0,68 millones de toneladas en 2016. En proporción, el descenso de la importación de tomate de 0,86 millones a 0,46 millones de toneladas ha sido incluso mayor. La importación de uvas se ha reducido más de la mitad, de 360.000 a 193.000 toneladas. Lo cierto es que la importación de todos los productos ha menguado mucho. Son excepción las bananas (estables en 1,35 millones de toneladas), las mandarinas, los limones, los melocotones y los kakis. 

La ruta bielorrusa ha mitigado el veto
¿Los países afectados por el veto a la importación han logrado encontrar otros mercados para sus productos? Esta pregunta ya ha sido respondida en parte. En 2015 y especialmente en 2016, se vendieron muchos países de la UE en el mercado ruso vía Bielorrusia o los países bálticos. En la primera mitad de este año, la cantidad de frutas y hortalizas frescas que se han importado vía Bielorrusia o desde ella ha disminuido considerablemente (un 20%). En particular, la importación de manzanas ha caído de forma marcada.

Según las cifras de importación rusas, en 2016 se importaron desde Bielorrusia más de 600.000 toneladas de frutas y hortalizas frescas. Fueron productos importantes (cada uno con casi 100.000 toneladas) los melocotones y las nectarinas, las manzanas y las peras.

Basándose en las cifras de importación de Bielorrusia, correspondían, sobre todo, a importaciones de Polonia y Turquía. Es destacable que las cifras bielorrusas apenas muestran ninguna importación de Lituania, mientras que las cifras lituanas señalan una gran cantidad de exportación a Bielorrusia. En resumen, es difícil hacerse una imagen completa del comercio a través de Bielorrusia en cifras.

Peras: los Países Bajos y Bélgica han encontrado mercados alternativos
Para los Países Bajos y Bélgica, las peras han sido el producto más importante afectado por el veto. La exportación de peras holandesas, de acuerdo con cifras de la KCB/GFH, ascendió a cerca de 8.000 toneladas en 2016. En 2013 y la primera mitad de 2014, se exportaron a Rusia entre 35.000 y 40.000 toneladas de peras holandesas, y dos años antes incluso por encima de las 50.000 toneladas.

En cifras de exportación holandesas, Lituania desempeña un papel secundario. Sin embargo, las cifras de importación de Lituania ofrecen una imagen totalmente distinta. En 2016, se habrían importado hasta 62.000 toneladas de peras de los Países Bajos. En resumidas cuentas, es difícil hacerse una imagen clara.

Si partimos de las cifras de la KCB, que no solo registra la exportación de producto holandés, se extrae que la exportación a Rusia, incluidos Bielorrusia y los países bálticos, se ha reducido de más de 60.000 toneladas en 2014, año de récord (de enero a julio), a las 20.000 toneladas actuales. Eso supone un descenso de 40.000 toneladas. En ese mismo periodo, la exportación a otros países ha crecido de 150.000 a 167.000 toneladas. Teniendo en cuenta lo anterior, el vacío no se ha llenado. A ese respecto, un importante mercado de crecimiento para las peras holandesas es Polonia. También a España se han exportado más peras en los últimos años. Además, se ha enviado más cantidad de este producto se ha enviado a un gran número de países, pese a que las cantidades (por ahora) no bastan para estrechar la brecha.

La exportación holandesa, incluida la reexportación (según cifras de Eurostat), muestra que el vacío provocado por el veto ruso se ha cubierto. La exportación a Rusia, incluidos Bielorrusia y los países bálticos, se ha reducido en torno a 50.000 toneladas después de la entrada en vigor del veto, mientras que la exportación a otros países se ha incrementado en 60.000 toneladas. El mayor crecimiento se ha registrado en Alemania y en el Reino Unido. En especial en la última temporada, no ha sido suficiente, porque ha sido un gran producto.

La exportación de peras belgas se ha mantenido sin cambios
Bélgica no lleva un registro independiente de la exportación de peras. En la última temporada antes del veto (2013/14), Bélgica exportó 155.000 toneladas a Rusia, incluidos Bielorrusia y los países bálticos. Las tres temporadas posteriores, la exportación cayó a una media de 70.000 toneladas.

Sin embargo, la exportación a otros países se incrementó de forma considerable, en especial durante la temporada 2015/16, por lo que se pudo cubrir el vacío dejado por Rusia. En la temporada 2016/17, se exportaron menos peras a otros países desde Bélgica, pero todavía considerablemente más (80.000 toneladas) que justo antes del veto. La producción belga en la temporada 2016/17, en comparación con la producción holandesa, fue más reducida que en las temporadas anteriores.

Ese crecimiento se logró en un gran número de países, entre ellos los compradores más importantes: los Países Bajos, el Reino Unido y Alemania. Los grandes productores (en términos relativos) son sobre todo España, Bulgaria y Bosnia. En la temporada en curso, 2017/18, la cosecha de pera es mucho menor tanto en los Países Bajos como en Bélgica.

Mucho repollo holandés en Rusia en 2014
En el caso del repollo holandés, Rusia cobró mucha importancia (42%) en 2014. Solo un año antes, se exportó una cantidad considerablemente menor, un 8%. El porcentaje nunca había sido tan alto como en 2014, por lo que es difícil decir qué supone exactamente el veto para las ventas de repollo holandés. En cualquier caso, en ese país se podían vender miles de toneladas cad año, en ocasiones incluso (muchas) más. Desde hace años, se exportan pocos repollos a Bielorrusia y los países bálticos. El Reino Unido y Alemania han sido compradores bastante estales a lo largo de los años, aunque, en ocasiones, el mercado ruso ha garantizado buenos resultados para el repollo holandés.

La zanahoria encuentra pocos mercados nuevos
En 2013 y 2014, se vendieron algo más de 15.000 toneladas de zanahoria holandesa en el mercado ruso. Esa cantidad equivale a en torno a un 15% del total de ventas de este producto. Después del veto, se han exportado pocas zanahorias a Bielorrusia y los países bálticos. De hecho, Alemania es el único comprador estable de importancia. Es difícil saber si los Países Bajos lograron verdaderamente encontrar nuevos compradores para la zanahoria después de la entrada en vigor del veto ruso, pues las exportaciones están en constante cambio. Sin embargo, hay países en los que se han vendido más zanahorias holandesas después del veto: Polonia, Senegal, Austria, Mauritania y Ghana. Por otro lado, en algunos países se ha vendido menos cantidad: Bélgica, Francia y Rumanía.

La influencia del veto en los tomates es limitada
Para otros productos, la incidencia del veto ha sido limitada. Eso no significa que la cantidad que podría suministrarse a Rusia no pudiera garantizar precios (ligeramente) más altos, en especial cuando hubiera inestabilidad en el mercado.

La exportación de tomates holandeses a Rusia comenzaba justo antes del veto. En 2014, hasta la entrada del vigor del veto en agosto, se pudieron vender casi 40.000 toneladas. La exportación total de tomates holandeses incluso ascendió a 800.000 toneladas ese año. También se exportó mucho a otros países ese año. En 2015, se pudo mantener ese nivel de envíos a otros países. En 2016, disminuyó un poco. No se han encontrado nuevos mercados de venta para los tomates holandeses. Tan solo es destacable el crecimiento de la exportación a Polonia.

Manzanas polacas vía Bielorrusia
En el caso de las manzanas, los Países Bajos no han encontrado una alternativa después de la pérdida del mercado ruso. La exportación de manzanas holandesas incluso ha disminuido. La principal víctima del veto e lo que a manzanas respecta parece haber sido Polonia a primera vista, pero en la actualidad, Polonia se las arregla para vender más de 500.000 toneladas de esta fruta a Rusia vía Bielorrusia, en comparación con las mas de 100.000 toneladas de 2013.

Más información:
Fruit and vegetable facts
Jan Kees Boon
Fecha de publicación: