A la economía europea le está yendo bastante bien. Se están combinando varios factores en la UE que dan lugar a que el tipo de cambio entre el euro y el dólar, que se predijo el año pasado que se igualaría, esté aumentando aún más. La semana pasada, la tasa de cambio pasó de los 1,20 dólares.
El euro ha estado fortaleciendo su posición frente a la moneda estadounidense desde abril del año pasado. El tipo de cambio estaba entre 1,05 y 1,10 dólares entonces. El optimismo en Europa se debe a los planes del BCE, entre otras cosas. Los mercados financieros esperan que el BCE reduzca aún más el programa de compras este año, según los analistas. Como indican algunos informes, el BCE podría detener el programa después de septiembre. El nuevo gobierno de Merkel, que se está formando en Alemania, también tranquiliza a la gente.
La tasa de cambio está respondiendo, pero no sólo por los informes favorables de Europa. También influye la falta de confianza en los EE. UU. A la economía estadounidense le está yendo bien, la Fed está incrementando el interés y el gobierno está reduciendo los gastos, sin embargo, la tasa de cambio del dólar comenzó a tender a la baja a mediados de 2017. La gente señala rápidamente al presidente Trump, que es incapaz de ganarse la confianza de los inversores, a pesar de su promesa de una creciente economía.
El banco holandés ING informó de que el euro sigue siendo barato. En un artículo en el periódico holandés FD, el banco dijo que la tasa de cambio todavía está infravalorada del uno al dos por ciento, lo que significa que la tasa aún puede subir a 1,25 dólares.
No se sabe cómo se desarrollará la tasa. Los tipos de cambio pueden subir y bajar después de las ruedas de prensa de los banqueros centrales. Un euro fuerte podría venir bien a las exportaciones. Para los países importadores, los productos europeos serían relativamente más caros.