Cultivo de trufas en Sicilia

"Cubriendo dos hectáreas, somos el primer criadero en Sicilia en producir plantas micorrizadas para el cultivo de trufas. Nuestra pasión nos llevó a adquirir mucha experiencia en el campo", explican Giovanni Merlo y Destrino Giuseppe Papia.

"Invertimos mucho en investigación enfocándonos en la innovación, en elegir métodos de micorrización para producir plantas con raíces que ya están colonizadas con esporas de trufa, y en mejorar la calidad de nuestros productos", explican los dos propietarios de Tartufi Montalbano junto con Giuseppina Montalbano.

"Se tiende a pensar que las trufas son silvestres y difíciles de cultivar, pero no es exactamente así. Se pueden cultivar en 'camas de trufa' con plantas micorrizadas. Podemos producir unos 200 kg de trufas negras al año, que después se comercializan en Italia, Bélgica y el Reino Unido".

El cultivo de trufa es muy delicado y complejo y se basa en la plantación de plantas micorrizadas en un suelo adecuado. El cultivo comenzó en Francia en 1800. Durante las décadas siguientes, numerosos estudios crearon las bases científicas y técnicas para el cultivo racional y comercialmente viable de las especies de trufa más demandadas.

En Sicilia se cultivan tres especies: trufas negras de verano (Tuber aestivum Vittad. 1831), que producen fruta entre mayo y junio y que también se venden en otoño y principios de invierno (variedad Uncinatum Chatin), trufas negras de invierno, conocidas científicamente como Tuber brumale Vittad., y trufas blancas (Tuber borchii Vittad.).

"Las plantas son producidas directamente por la empresa y se cultivan en invernaderos, por lo que se puede controlar la calidad durante su desarrollo. Se colocan en un ambiente controlado protegido contra contaminantes, por lo que el producto es de alta calidad con un alto grado de micorrización. El suelo se somete a un proceso de esterilización con vapor a 120 ° C, para eliminar las esporas y hongos que se encuentran naturalmente en el suelo, sin alterar su estructura".

Las plantas micorrizadas se producen con semillas y trufas autóctonas para salvaguardar el germoplasma de las especies sicilianas y evitar problemas de adaptación durante las primeras fases.

Las plantas elegidas para las diversas especies de trufas son: encinas, robles y pinos. Se combinan con las especies de trufa más representativas: trufa negra de verano, trufa de Borgoña, melanosporum y trufa blanca.