"Deberíamos ser nosotros quienes inspeccionásemos los campos e instalaciones en Sudáfrica"
Rechazo del sector citrícola español a la propuesta de la Comisión Europea
De forma unánime, organizaciones y asociaciones representantes del sector citrícola español como Cooperativas Agro-alimentarias, ASAJA, COAG, UPA, Comité de Gestión de Cítricos y Ailimpo, rechazan por insuficiente la propuesta aunque supongan un 'pequeño' paso en la buena dirección.
Uno de los puntos que ha supuesto más malestar y rechazo es el hecho de que los nuevos controles introducidos quedan en manos de las autoridades del país de origen y no serán supervisados por la UE. A juicio del sector citrícola español, la UE debería ser quien enviase el equipo pertinente de inspección fitosanitaria a Sudáfrica.
"Insistimos a la CE en la reciprocidad con las medidas que a nosotros se nos aplica a a la hora exportar nuestra mercancía. Nuestro sector paga el trabajo de inspectores de aquellos países extracomunitarios a los que envía la fruta, con controles exhaustivos tanto en nuestros campos como en nuestros almacenes, nuestros puertos y los puertos de destino", señala Genaro Aviñó, director de AVA ASAJA, y añade: "¿Debemos fiarnos ahora de las tareas de inspección de las autoridades de Sudáfrica, que ya han demostrado que no son capaz por sí solos de garantizar la inocuidad de sus envíos?"
Por otra parte, "la Comisión no prevé, dentro del articulado, las medidas que deben tomarse en caso de que se detecten más de 5 interceptaciones de partidas contaminadas: no se incluye, como reclamaba la Administración y el sector españoles, una herramienta que permita que, a partir de la primera interceptación, o alcanzado un determinado tope, la UE proceda automáticamente al cierre cautelar de su frontera", indica en un comunicado Cooperativas Agroalimentarias.
El sector citrícola teme que se reproduzca la situación del pasado año, cuando se produjeron cerca de 38 interceptaciones. "La UE cayó en la trampa dilatoria de las autoridades sudafricanas y países importadores, tomando medidas sólo cuando la campaña de exportación ya había acabado" dicen desde Cooperativas Agroalimentarias, algo en lo que coincide Genaro Aviñó. "La CE no ha tenido en cuenta las consecuencias de la entrada de esta enfermedad en la UE que supondrían enormes costes socioeconómicos para los Estados miembros citricultores y pondría en grave riesgo la continuidad de más de 500.000 hectáreas de producción de cítricos, atendiendo a los intereses comerciales de los importadores del norte de Europa", matiza.
"Tampoco entendemos como otros países de la Cuenca Mediterránea que también disponen de una importante superficie de cítricos no han votado en contra de la propuesta. Ahora Italia está luchando y pidiendo apoyo a la CE para con el virus de la tristeza, el mismo que erradicamos hace 30 años en España después de sufrir pérdidas multimillonarias por parte de productores y administraciones. Sería un error que Italia piense que está a salvo si se propaga la Mancha Negra en Europa," concluye Aviñó.