El empresario señala: "En Campania y Apulia incluso hemos decidido interrumpir las actividades debido a la falta de demanda. Ni siquiera podemos cuantificar cuánto producto no se cosechará. En el norte de Italia también está todo parado".
Las patatas Sieglinde, el principal cultivar de patatas nuevas producidas en Apulia.
La campaña de la pata parecía positiva hacia mitad de la temporada. "Las plantas se estaban desarrollando a principio de junio, después, el mal tiempo hizo imposible realizar las labores, ya que nuestro suelo es muy arcilloso. Todavía no podemos predecir cuándo podremos cosechar. Lo que es peor, la llegada de una ola de calor también podría suponer un problema porque el suelo se solidificaría y se producirían más daños".
La variedad Colomba.
El primer producto cosechado indica el estado de los tubérculos. "Las cantidades no son muy elevadas y las formas son bastante uniformes, pero es imposible hacer una evaluación mientras las patatas siguen en la tierra".
El retraso también está provocando un hueco en el suministro, aunque el mercado no parece advertirlo. "La falta de producto no está afectando a los precios, ya que en estos momentos no hay demanda. Es más, ni siquiera podemos exportar porque a) todavía queda mucho producto de 2013 y b) el norte de Europa ya está cosechando sus patatas propias, antes de lo normal".
Arriba y abajo: variedad Gioconda.
Una cadena de suministro que debe ser replanteada
Domenico Citterio da su opinión sobre la diferencia entre lo que gastan los consumidores y el precio real del producto: "Los consumidores pagan más por servicios adicionales, ya que, desafortunadamente, hay muchos factores que afectan a los precios hoy en día, como las certificaciones, el procesado, el envasado, el transporte, las actividades comerciales y los costes operacionales. No podemos bajar nuestros precios, apenas ganamos lo suficiente para sobrevivir. Son los costes intermedios los que hay que reducir, algunos servicios son un lujo y no podemos seguir permitiéndolos como sistema".
Domenico Citterio da su opinión sobre la diferencia entre lo que gastan los consumidores y el precio real del producto: "Los consumidores pagan más por servicios adicionales, ya que, desafortunadamente, hay muchos factores que afectan a los precios hoy en día, como las certificaciones, el procesado, el envasado, el transporte, las actividades comerciales y los costes operacionales. No podemos bajar nuestros precios, apenas ganamos lo suficiente para sobrevivir. Son los costes intermedios los que hay que reducir, algunos servicios son un lujo y no podemos seguir permitiéndolos como sistema".
"Del mismo modo que las familias han tenido que reducir el gasto, nosotros debemos reducir los costes innecesarios. Pondré un ejemplo en lo relativo a las patatas, pero también sirve para otros productos: el producto sin lavar aguanta más que el prelavado. Podríamos hacer esto para reducir los costes poscosecha, las patatas serían más baratas y hasta durarían más".
Contacto:
Domenico Citterio & C. Srl
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