Si finalmente la Unión Europea (UE) decide retirarse del acuerdo de libre comercio con Mercosur, como está solicitando Francia, la agricultura española enfrentará obstáculos adicionales para exportar ciertos productos agroalimentarios, aunque sectores como los cítricos seguirán contando con mayores protecciones.
El acuerdo entre la UE y Mercosur requiere la ratificación de todos los países comunitarios para entrar en vigor. Sin embargo, el Gobierno francés se opone y busca poner fin a las negociaciones para apaciguar las protestas de sus agricultores.
En varios países europeos, especialmente en el sector primario, se exige que las importaciones de terceros países cumplan con las mismas normas de producción. En el caso de Mercosur, se señala que ciertos productos no cumplen con las rigurosas normativas sanitarias y ambientales de la UE.
El tratado con Mercosur, fruto de casi dos décadas de negociaciones, busca superar las divergencias en materia agropecuaria entre ambos bloques, abordando estándares diferentes en áreas como seguridad alimentaria, uso de fitosanitarios, indicaciones geográficas, bienestar animal y desarrollo sostenible.
¿Compensaría el ahorro de aranceles una balanza claramente deficitaria para España?
España culminó la presidencia de turno de la UE en el segundo semestre de 2023 sin haber cumplido su objetivo de cerrar el mencionado pacto, visto como una forma de reforzar las relaciones con Latinoamérica frente al avance de otros competidores, especialmente de China.
En 2019, el año de su aprobación, el Gobierno español cifró en cien millones de euros el ahorro en aranceles que podía suponer para los exportadores españoles de alimentos y bebidas, que actualmente pagan altos derechos de aduana; sin embargo, según evidencian los últimos datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo analizados por Efeagro, el comercio agroalimentario de España con los países de Mercosur es deficitario, con importaciones valoradas en 3.877 millones de euros y exportaciones por valor de 486 millones en 2023.
Las compras españolas de productos agroalimentarios de los cuatro países sudamericanos se redujeron un 32,7% en comparación con 2022, y las ventas disminuyeron un 25,4% anual.
Los agricultores españoles, por su parte, han expresado sus temores a la posible entrada de nuevas plagas, como en el pasado ha ocurrido con la importación de limones de Argentina, y han vinculado las exportaciones brasileñas de soja y carne a la deforestación de la Amazonía, pese a los compromisos de Brasil para evitarlo.
Fuente: efeagro.com